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ArribaAbajoCapítulo III

En que se trata de la segunda parte del dibujo o simetría


La simetría y proporción de la segunda parte del dibujo, trataremos en este capítulo, comenzando por el niño de un año mirado por la parte frontera, el cuarto tiene de largo la tercera parte de la altura de su madre: cinco son las proporciones que se han prometido tratar y para mayor facilidad de medirlas úsase de ocho tamaños que formados aparte sirvan al artífice con más brevedad claridad.

El mayor es la cabeza, que en este niño se da desde el alto de la cabeza, digo del casco al hoyuelo de la garganta, porque por la parte frontera no descubre casi el cuello: el segundo 2) su mitad; luego el rostro 3) que es del nacimiento del cabello al fin de la barba, y la mitad del rostro; 4) son cinco tercios que será del fin de la nariz al de la barba, la mitad del 6) un tercio la tercia parte del 7) un tercio: y la cuarta parte del 8) un tercio que es la última y menor medida. Digo pues que tiene en su longitud cuatro cabezas de las suyas. La mitad de su altura son las 2) desde la superficie   —376→   del casco al ombligo y los otros 2) desde allí a la planta del pie y determinando donde llega cada cabeza digo: que la primera que comienza desde la superficie del casco acaba en el hoyuelo de la garganta. La segunda como he dicho llega al ombligo. La tercera del ombligo al principio de la rodilla, la cuarta de ahí a la planta; ocupa de ella desde la garganta del pie a la planta un tercio.

Lo más ancho por los hombros, mirando frontero tiene una cabeza y un tercio: las pechos de anchura un rostro y medio tercio. Por el principio de los muslos tiene de anchura una cabeza y medio tercio.

Desde la parte natural hasta la planta del pie que es lo que se mueve, diré la anchura de cada pierna.

Tiene por la parte más alta del muslo debajo de la parte natural la mitad de su cabeza, poco más, su anchura por la rodilla donde acaba el perfil del muslo, es medio rostro, y por lo ancho de la pantorrilla poco menos de otro media, y sobre la garganta del pie y principios del tobillo tiene de ancho un tercio; tiene de anchura el pie frontero plantado, tercia y medio.

El brazo tiene de largo desde su nacimiento hasta la muñeca una cabeza y un tercio, y la tercia parte de otro; de manera que tiene desde el hombro hasta la sangradera, un rostro de larga y de la sangradera a la muñeca la mitad de la cabeza, y la primera parte de un tercio.

Tiene de ancho el brazo frontero por su nacimiento, donde comienzan los pechos, un tercio. Por sangradera tiene de ancho otro tercio. Y más abajo por lo más ancho poco menos de un tercio y medio. Y por la muñeca tiene de ancho poco menos de un tercio. Y la mano tiene de largo desde el nacimiento de la muñeca al fin del dedo más largo,   —377→   medio rostro, y la tercia parte de un tercio. Y de ancho por la parte más ancha tercio y medio.

Las medidas de la cabeza por menor son de esta manera: desde la superficie del casco al nacimiento del cabello hay medio tercio, y la cuarta parte de otro; desde el nacimiento del cabello al entrecejo y principio de la nariz, hay tercio y medio. Desde el entrecejo al fin de la nariz hay otro tercio. Del fin de la nariz al de la barba hay otro tercio que dividido en dos partes, el media ocupa la barba hasta el fin del labio abajo y el otro de allí al fin de la nariz.

Del fin de la barba al hoyuelo de la garganta, que es la papada hay poco menos de otro medio tercio de larga.

Tiene esta cabeza frontera por lo más ancho de las sienes y perfil de la oreja un rostro y medio tercio, tiene de ancho el rostro sin lo que sale la oreja un rostro, (que se toma del nacimiento del cuello al fin de la barba), del fin del ojo al fin de la oreja hay un tercio de ancho; tienen los ojos de ancho, desde el fin del uno al del otro medio rostro y la cuarta parte de un tercio que partida esta medida en tres partes iguales dando a cada ojo la suya queda entre uno y otro la misma anchura del ajo y esta tiene de ancho la nariz por lo más ancho. Y la boca la misma anchura, y la barba consiguientemente. Tiene el cuello de ancho medio, rostro, por la tercera parte de un tercio. Esto es lo que pertenece a la cabeza frontera.

Las medidas por el lado o medio perfil, comenzando por la cabeza, son de esta suerte: tiene de alto desde la superficie del casco, hasta el hoyuelo de la garganta, lo mismo que hemos dicho de la cabeza frontera y todo lo demás. La anchura de la cabeza es conforme a su altura y cuadrada. Retírase   —378→   adentro del cuadrado la frente. La mitad de la cuarta parte de un tercio, y la nariz la tercia parte de la cuarta de un tercio. La oreja comienza de la parte del rostro en la mitad del cuadrado y tiene de ancho hasta la punta de la nariz poco menos de media cabeza.

De largo tiene la oreja otro tanto como hay del fin de la nariz al de la barba, que es un tercio y tiene medio de ancho.

Dijimos en la cabeza frontera desde el nacimiento del cuello a la superficie del casco, había medio tercio y la cuarta parte de otro. Eso mismo tiene por el medio perfil. Y desde el perfil de la frente al principio del cabello de la sien, hay medio rostro y la tercia parte de un tercio y otro tanto desde el cuello a la coronilla de la cabeza; desde el perfil del entrecejo al principio del cabello donde comienza la oreja, hay medio rostro y la cuarta parte de un tercio de ancho. El largo de la nariz y de la barba está dicho arriba. Tiene de largo la ceja medio tercio y la cuarta parte de otro, desde el perfil debajo del entrecejo al principio de la niña del ojo: hay la tercia parte de un tercio y otro tanto tiene de ancho el ojo de medio perfil. Desde el fin del ojo al principio de la oreja, tiene de ancho un tercio y la cuarta parte de otro; desde el fin del ancho de la oreja al perfil de la cabeza, arriba del colodrillo, hay medio rostro. Desde el colodrillo a la abertura de la boca, hay media cabeza y un tercio; tiene de ancho la nariz por lado menos de medio tercio y la boca la cuarta parte de un tercio. Desde el perfil de afuera de la barba al hoyuelo de la garganta por debajo de la papada, hay un tercio, tiene el cuello de ancho por el lado medio rostro y medio tercio; y con esto queda medida la cabeza del lado.

Tiene de ancho por donde comienza el pecho y la espalda poco más abajo del hombro media cabeza y la cuarta parte de un tercio. Por lo más relevado de la tetilla y la espalda, tiene de ancho un rostro.

  —379→  

Tiene de ancho por la cintura y sobre el vientre la mitad de la cabeza y un tercio. Por lo más alto del vientre y nacimiento del asiento tiene poco más de un rostro. Desde lo más relevado del asiento a lo hondo debajo del vientre tiene otro tanto de ancho. Y tiene un rostro desde el nacimiento de la parte natural al perfil del asiento.

Desde donde acaba el asiento, y más abajo de los testigos, parte más ancha del muslo, hay media cabeza y la tercia parte de un tercio.

Del perfil sobre la rodilla a lo alto de la corva hay de ancho medio rostro. Por debajo de la rodilla y fin de la corva, tiene por menos de medio rostro; tiene de grueso, por lo más alto de la pantorrilla, medio rostro, que es poco más de la medida referida.

Por la garganta del pie tiene un tercio y la cuarta parte de otro. El pie tiene de largo la mitad de la cabeza.

El brazo por el lado, lo que se ha dicho desde el nacimiento del hombro hasta la muñeca, tiene de largo lo que se ha dicho en la medida el lado frontera.

La mano tiene el mismo largo. Lo más ancho del brazo por el hombro, tiene medio rostro. Por lo alto del nacimiento del molledo, tiene poco menos de ancho. Por la sangradera tiene de ancho lo mismo que tiene el brazo frontero, que es un tercio, y por la muñeca poco menos como está dicho.

La anchura de la mano por el lado tiene la misma medida de la muñeca.

Resta la última vista, y último perfil el círculo del casco por el colodrillo, desde la superficie hasta donde remata el cabello tiene de alto un rostro, y desde allí al principio   —380→   del cuello tiene de alto medio tercio. Y otro tanto la altura del cuello.

Desde el fin del cuello, bajando al fin de los lomos, hay un rostro y medio tercio y la cuarta parte de un tercio, y de allí a lo alto del asiento hay un tercio, tiene de alto todo el asiento hasta el fin de la media cabeza, hay poco menos de un tercio. Desde el fin del asiento al medio de la corva tiene de alto medio rostro y la tercia parte de un tercio, y desde aquí al fin de la pantorrilla tiene media cabeza de altura. Desde el fin de la pantorrilla al perfil de la planta, tiene medio rostro de alto, y el carcañal ocupa un tercio. Su ancho en todo lo demás es lo mismo que en las medidas de la figura frontera, salvo en el nacimiento de los brazos y principio de la espalda que tiene de ancho un rostro y poco menos de un tercio.


Medidas más seguras del niño

Tiene de alto por la parte frontera desde la superficie del casco a la planta del pie, cinco cabezas de las suyas, la mitad de su altura es desde la superficie del casco a más abajo del hombro, menos del medio tercio y la otra mitad desde allí a la planta.

Las cinco alturas de su cabeza. Digo cinco cabezas de su altura se reparten de esta manera. La primera desde la superficie del casco al fin de la barba. La segunda de ahí a la boca del estómago.

Entra la altura del cuello que remata con el hoyuelo de la garganta, que tiene medio tercio, la tercera es desde la boca del estómago al fin del vientre.   —381→   La cuarta desde el medio de la rodilla. La quinta, desde allí a la planta, de este ocupa el alto del empeine del pie menos un tercio.

De la coronilla al nacimiento del cabello hay medio tercio: del nacimiento del cabello al entrecejo, tercio y medio que es la frontera, digo por la frente. El largo de la nariz es un tercio y menor otro de la nariz al fin de la barba, que dividido éste en dos partes, la una ocupa la barba y la otra de ahí al fin de la nariz. Ya he dicho la altura del cuello.

Tiene de ancho la cabeza, por lo más ancho de las sienes, un rostro que viene a ser cuadrada y vuelan las orejas un tercio que es medio cada uno; tiene de ancho, del fin del ojo al fin de la oreja, con la que es corva un tercio. Del fin de un ojo al del otro, hay dos tercios que dividida están medidas en tres partes, dando una cada ojo, queda en medio de ambas. La misma cantidad tiene de ancho las narices, la cantidad de un ojo, y tiene de largo la boca lo que hay del fin de la barba un tercio; por donde se señala el perfil de los carrillos. Tiene de ancho por los carrillos, la misma anchura de las sienes, que es un rostro.




Habiendo dicho el largo

del niño y el largo y ancho de la cabeza, diremos la anchura de él por la frontera


Tiene de ancho, por lo alto de los hombros, una cabeza y un tercio. El ancho de los pechos es un rostro. Por el principio de los muslos tiene de ancho una cabeza y la cuarta parte de un tercio.   —382→   Y más abajo, por lo más ancho de los muslos tiene lo mismo; tiene de anchura cada muslo por debajo de la parte natural, la mitad de esta medida que viene a ser poco más de la media cabeza. Su anchura por la rodilla donde acaba el perfil del muslo, es medio rostro, y algo menos de la cuarta parte de un rostro.

El ancho de la pantorrilla tiene medio rostro. Y sobre la garganta del pie, y principio del tobillo tiene un tercio, y la tercia parte de otro.

Tiene de largo el brazo por la parte frontera desde el nacimiento que es lo más alto del hombro a la sangradera, una cabeza, y de ahí al nacimiento de los dedos otra. Y los dedos tiene un tercio. Tiene de largo la mano por todos tres perfiles, dos tercios y la sexta parte de otro a los dedos, y se da un tercio como he dicho, y lo demás a la palma.

Tiene de ancho por la parte del hombro, un tercio, y por la sangradera un tercio; y la cuarta parte de otro, por la muñeca tiene de ancho un tercio, y la menor la sexta parte de él. El ancho de la mano, por lo más ancho es un tercio y la cuarta parte de otro.

El niño por el lado no recusa todas las medidas y divisiones de su altura porque son las mismas que habíamos dicho por la parte frontera y así trataremos de su anchura comenzando de la cabeza.

Tiene de ancho la cabeza de medio perfil desde lo más relevado de la frente a lo más relevado del cerebro una cabeza. Y desde la punta de la nariz al principio del cuello un rostro y la sexta parte de un tercio. El ancho desde la nariz al perfil de afuera de la oreja es un rostro, menos la cuarta parte de un tercio. Desde el principio de la nariz, por la parte alta al nacimiento de la oreja, tiene de ancho 2/3 y la   —383→   4.ª parte de otro. Desde el fin de la ventana de la nariz al principio de la oreja tiene de ancho dos tercios, menos la cuarta parte de uno.

Desde el fin de la barba a la garganta por debajo del rostro, hay un tercio de ancho; tiene de largo la oreja un tercio y de ancho medio tercio. La anchura del cuello, por lado, por lo más ancho tiene medio rostro.

Las tres medidas, de ojos, narices y boca por lado, viene a ser la mitad de las medidas fronteras en su ancho.

Lo ancho de los pechos y espalda es un rostro, y por la cintura y el vientre más arriba del ombligo, otro tanto.

Desde lo más relevado del asiento al fin de la parte natural, tiene otro rostro de ancho. Por el fin del asiento y principio del muslo tiene dos tercios, por encima de la rodilla tiene de ancho tercio y medio, y por debajo de la rodilla y fin de la corva, tiene un tercio y la cuarta parte de otro. Lo ancho de la pantorrilla, por lado es algo menos de tercio y medio. Por la garganta del pie tiene de ancho un tercio. Y la octava parte de otro, tiene por lado el pie de largo un rostro menos la cuarta parte de un tercio.

Lo ancho del brazo por su nacimiento estando de lado es un tercio y medio y por la sangradera y codo tiene de ancho poco menos de un tercio; la muñeca por lado tiene de ancho poco más de medio tercio; la mano por lado, tiene lo mismo. Los largos decimos en el brazo frontero.

El último perfil del niño, es mirado por la espalda, y comenzando por la cabeza desde la superficie del casco al hoyo del colodrillo tiene de largo un rostro, y desde allí a la división del cuello y los hombros tiene de alto un tercio. Por lo ancho de los cornifeles   —384→   tiene la cabeza un rostro; del fin del vuelo de una oreja hay otra a una cabeza. Tiene desde el fin del cuello, al fin de los lomos; al fin del asiento hay de largo un rostro. Tiene de largo el muslo desde su nacimiento al fin de la corva un rostro menos la cuarta parte de un tercio. Y desde allí a la planta ha de tener una cabeza y medio tercio.

Aquí entra la altura del carcañal, que es un tercio menos la cuarta parte de él. Y de ancho tiene el carcañal otro tanto.

El ancho por la espalda debajo de los hombros y nacimiento de los brazos, es una cabeza y la cuarta parte de un tercio.




Fin de las medidas que pone este autor, quien es Francisco Pacheco, de hombres eminentes que han habido en esta facultad, y su arte

Y pues no es ajeno del intento, y nos acercamos al fin de este libro. Lograré algunos preceptos generales de los que escribió en lengua flamenca Carlos Bexmandes, natural de la ciudad de Hadem en Holanda, en su Libro de la Pintura, de quien hemos hecho mención, y lo seguiremos en adelante.

No encamines la cabeza a la parte donde inclina el cuerpo en la figura plantada.

En la figura que trabaja, trabajen todas sus partes y muslos... No se ha de encubrir con la ropa la gracia de los perfiles del desnudo.

En la figura de rodillas antes junten los pies, que las rodillas para mejor gracia.

  —385→  

No siga la figura en brazos y piernas un mismo movimiento.

No tengan los movimientos demasiada violencia, porque no parezcan las figuras desgonzadas.

Al brazo que sale afuera en la figura le ha de corresponder la pierna contraria sacándola también afuera para mejor movimiento.

Pies y piernas en la mujer, estando plantada, no se han de apartar, porque es contra la honestidad.

El demasiado escorzo en una figura es desgraciado.

No se ha de levantar la cabeza más de cuanto pueda mirar derecha y descansada al cielo.

No vuelva la cabeza más de hasta poner la barba en frente del sobaco.

No se doble la figura de manera que los hombros bajen del ombligo.

En la figura cargada la pierna a que corresponde el peso se ha de reservar de caminar de manera que la más descargada ayude libremente a la figura.

En la figura que camina no ha de haber más que un pie de claro entre los dos.

En la figura que corre parezca en todos los miembros aquella habilidad y ligereza con que se ayudan unos a otros.

Represente en cada figura el movimiento y efecto que su edad piden, el viejo como viejo, y el mancebo como mancebo.

No se le apliquen a la figura de mujer las fuerzas   —386→   en el movimiento y acción como al varón, porque sus movimientos son más flacos.

En las figuras de mujeres no se les ha de dar el semblante y compostura a las vírgenes, que a las matronas de más edad.

Y generalmente los movimientos de las mujeres, honestos y recogidos en cualquiera plantado que tengan.

Los hombres y fuertes han de tener así los movimientos y los mancebos más suaves y con más ligereza.

En el historiado conviene hacer montones de figuras; unos cerca y otros desviados; sentados unos y otros en pie; descubriendo campo entre unos y otros; y en el lejos, como en una batalla, se vean algunas figuras por entre las demás.

Michael Angelo más atendido en el Juicio, da a cada figura de por sí, que a la disposición del historiado, y así usó de pocas disminuciones y apartamientos.

Es cosa loable, que todas las historias tengan armonía y consonancia en la disposición y en las figuras, y que guarden en todo hermosura con la variedad y diferencia.

Guárdase en el historiado, que unas figuras entren y otras salgan y hayan unas fronteras, otras de medio perfil, unas sentadas, otras de rodilla y otras que se van a sentar o levantar conforme a la historia.

Mirando arriba y abajo y en suma se guarde en todo variedad y diferencia.

Siempre se excuse en las historias lo que algunas usan que es poner delante medias figuras de hombres o de animales, para hacer la historia mayor, sino le obliga el haber delante algún campo o suelo que signifique impida la vista de toda la figura.

  —387→  

Hanse de poner en las historias, figuras de todas las edades; niños, varones, mancebos y mujeres, con diferentes animales, edificios y países por lejos, que es lo más agradable.

No pidiendo la historia, es enfadosa cosa, la muchedumbre de figuras sin necesidad, que estorban las unas a las otras.

No estando bien sacada lo que a la historia pertenece, no es agradable, porque muchas cosas diferentes, bien hechas, dan mucho gusto a la historia.

También se debe usar en las historias para que se gocen las figuras, poner unas altas, otras bajas y otras subidas en árboles y sobre las columnas de los edificios, asidas con ellas, y sobre diferentes suelos y campos más levantados.

Las figuras principales y de mayor autoridad, se pongan siempre delante o en pie o sentadas para que la historia sea luego conocida conforme lo pide la razón y los que con ellas hablan ha de ser con humildad y respeto.

Es cosa conveniente que cada figura haga el efecto que se pretende.

En suma todas las acciones y efectos que hace el natural, se han de procurar en las historias de pintura, y que alguna figura en particular, advierta al que mira del misterio de la historia.

Estando una figura delante de otra conviene que los claros de los que están detrás, sean más muertos y menos la fuerza de sus obscuros para que se aparte una de otra.

Y si habiendo muchas figuras hacia el fin, fueran obscureciéndose, conviene que el campo tenga la claridad   —388→   conveniente para desviarse una cosa de otra, suavemente, sin crudeza, imitando en todos los efectos del natural que éste es el principal fin.

En algunas historias conviene haber figuras de igual hermosura como en la de Abraham con los tres ángeles, a diferencia del Juicio de París, donde las dos Diyueces son vencidos de la hermosura de Venus, y así a este modo en otras.

Tiene mucha dificultad pintar un rostro riendo y otro llorando porque en ambas acciones se levantan las cejas, hacia la frente y de los ojos salen arrugas pequeñas hacia las orejas.

El rostro que llora no levanta las mejillas, antes las baja, y la boca declina el perfil hacia abajo, en arca abierta; los ojos algo cerrados y las cejas en sus principios inclinadas arriba.

Y para mostrar tristeza sin lágrimas, esté la cabeza inclinada sobre el pecho y la mano sobre el corazón; la boca del que se ríe, va la línea al contrario levantando las extremos y haciendo arco hacia abajo y relevando chinchando los carrillos y mejillas.

En los incendios se ha de atender a la diferencia de los fuegos para el colorido, que las llamas sean de diferentes colores y el humo también, conforme a la cosa que se quema y las luces han de cercar el perfil de las figuras de la parte que vienen, dejando lo demás obscuro conforme al colorido de las llamas; esta diferencia se ve en el natural con distinción.



  —389→  
Comienzan los enigmas curiosos en lo siguiente


De un humilde animal vengo,
    soy blando de condición,
    y sin lengua doy razón
    de todos aunque no la tengo


Y aunque parece más que mano
    de mi poder, la grandeza
    por que otra naturaleza,
    haga al que me da la mano.


Lo que estimo, sobre todo
    que no sólo artificiales,
    pero sobrenaturales,
    cosas hago en alto modo.


Todo cuanto quiero hago,
    y lo vuelvo a deshacer
    sin término es mi poder,
    y sin término mi estrago.


Es mi poder en el Cielo
    tan semejantes al Eterno,
    que puedo echar al infierno,
    y puedo llegar al Cielo.


Y aquí, para entre los dos,
    llega mi poder tanto,
    que no sólo haré un santo
    pero haré al mismo Dios.

 
 
FINIS
 
 



  —390→  
Las cosas percibidas sobre el dibujo

De los oídos mueven lentamente, pero siendo ofrecidas a los fieles ojos luego siente más poderoso efecto, para moverse el ánimo quieto.

Que principio conviene al nuevo arte del dibujo, que sólo representa con vivas líneas, que redobla y parte cuanto el arte la tierra y mar sustenta.




A la hermosura


Cuan frágil eres humana tu gloria
    en esplendores cuanto dura
    breve sueño, vil humo, sombra vana,

Eres humana y frágil hermosura,
    a la mezclada Rosa semejante  5
    que alegre se levanta en la luz pura.

Pero vuelva la vista en un instante
    cuanto cambia el azul el puro siglo,
    las hojas truecan en pálido semblante
    ya sin honra en el humilde suelo  10
    quien no ve en esta flor el desengaño
    que abre, cae, seca el sol, el viento, el hielo.




A los animales


El estudio, no menos, y el cuidado,
    que pusiste en humanas proporciones
    a cualquier animal representado
    aplicarás por partes y razones.

    Al corzo ligerísimo y al venado,  5
    pero en particular a los leones
    con fuertes garras y con lanudas
    crines cierta ley de rigurosas fines.

  —391→  


Otro


El hermoso lebrel, el escudo, el año,
    pintado ser de gran ornato hallo,
    el jabalí espumoso, el tigre, hircano,
    y otros en grande número que callo.

Mas sobre todos ten siempre a la mano  5
    el bizarro dibujo del caballo.
    con que tanto enriquece la pintura.
    El aliento, caudal y la hermosura.




Proporciones del toro, el águila, el león y el caballo: su autor Pablo de Céspedes

León

Comenzando con el rey de ellos, que es el león, cuya condición es noble, cuya fiereza grande. Es de mediana estatura, tiene vara y sesma de la planta a lo alto del anca; el color es leonado o más claro o más oscuro, toda la piel lisa, en todo el cuerpo, en el cuello y vientre más largo, enbedijado y obscuro el pelo; la cola llega como de los brazos a la anca, cuatro dedos en cada mano y el pulgar más alto, las uñas largas, alza mucho los pies y las manos cuando camina.

Toro

Es el toro animal cruel, corto del cuello, muy colgado de arrugas. Los cuernos agudos, pardos y negros; las puntas tienen manchas, los pies hendidos y las canillas   —392→   secas; su altura es de vara y media desde el suelo a lo alto del anca. El buey se diferencia en que parece algo mayor, más tibio y flaco y más abierto de cachos.

Águila

Entra en tercer lugar la reina de las aves que es el Águila real, que lo es en su condición, pues lo que caza lo come en compañía de las otras aves. Es su color pardo obscuro, el pico ancho y encorvado, los pies gruesos, los domos y uñas largos y fuertes; tiene tal fuerza en la vista que mira al sol, sin que la ofenda; hay muchas y varias diferencias, pero la Real tiene dos tercios de alto. Estando derecha del suelo al nacimiento de las alas.

Caballo

Es hermoso animal el caballo; y por ser tan común, se puede casi y siempre pintar de lo natural su dibujo y diversos colores, porque hay unos blancos, otros morcillos, castaños, rucios, tordillos, alazanes y bayos; tiene vara y tres cuartas desde la planta a lo alto de la anca; es brioso alegre y firme de cuerpo; las costillas largas y estrechas, las ancas redondas y repartidas, el pecho ancho, los muslos gruesos, el pie seco y firme, las uñas pequeñas y secas, las orejas cortas y agudas, los ojos grandes, las narices anchas, el cuello alto, las crines largas; la cola redonda que llega al suelo.



  —393→  
Prosiguen los enigmas



Sacó un ojo pintado
    un pintor mal entendido
    y como no fue conocido
    estaba desesperado.

Mas halló un nuevo consejo  5
    para consolarse, y fue
    poner de su mano al pie,
    de letra grande conejo.

Pintó un gallo, un mal pintor,
    y entró un nibo derrepente  10
    en todo tan diferente,
    cuanto ignorante su autor.

Su falta de habilidad,
    satisfizo con matallo
    de suerte que murió el gallo  15
    por sustentar la verdad.

 
 
FINIS
 
 



Quintino necio pintor,
    tuve por competidor,
    en mi afición un pintor
    a proferido vi,
    Herrero, y amante fui,  5
    sus colores envidié
    y por si al arte obligaba,
    a la que me despreciaba,

el hierro en pincel cambié,
    un martillo es la señal  10
    en las tablas de mi mano,
    y de el poder del tirano
    dueño de mudanza tal.
—394→
    Así cuando el duro acero
    de Eneas el Mantuano  15
    describe muestra a Vulcano
    más diestro pintor que herrero.

 
 
FINIS
 
 




Juan de Bruxas

Inventar de la pintura al óleo





Al nacimiento
de
Cristo Señor Nuestro



En tanto llegó el dichoso instante
que del vientre purísimo y sellado,
salió el Divino y sacrosanto Infante,
dejando el limpio tálamo
cerrado.  5

Su decir.

Yo el artífice soy, ya excelente
    cuya gloriosa frente la edad
    corona de ínclitos honores
    pues con mi diestra mano,  10
    y de Uberto mi hermano
    misturé con el óleo los colores.

El óleo, que del lino,
    de la rubia simiente peregrino
    pensamiento divino a mis pinceles,  15
    ignorando aún de Apeles.
—395→
    ¡O cuánto pudo, cuanto a la pintura
    dar lustre, dar belleza, tal mistura!

Mi nueva industria admira mi destreza
    la Bélgica nobleza, que la fama reparte  20
    celebrando mi ingenio único y solo
    con glorias no pequeñas de mi arte
    de gente en gente y de uno en otro
polo.

 
 
FINIS
 
 




Elogios a todos los materiales de la facultad de la pintura




Pincel


Será en todos principio el Pincel primero,
    en su cañón atada y recogido,
    del blanco pelo del Silvestre vero,
    el pelico es mayor, y en más tenido
    sedas del jabalí cerdoso, y fiero  5
    parejas a de dar al más crecido.




Brochas


Será grande o mayor.
    Según que fuere formado
    a la ocasión que se ofreciere
    un junco que tendrá ligero y firme.

  —396→  


Tiento


Entre dos dedos la siniestra mano
    donde el pulso incierto al pintar se afirme,
    y el teñido pincel vacile en vano
    de aquellos que cargó de tierra firme.




Hasta de pinceles


Entre oro y perlas, navegante
ufano de ébano o de marfil
hasta que se entre por el cañón,
hasta que el pelo encuentre.




Tablilla


Demás un tabloncillo
    relumbrante de árbol bello
    de la tierra pera o de aquel otro
    que del triste amante imitare.

   El color de su madera abierto por la parte  5
    de delante donde salga el grueso dedo por de fuera
    en él asentarás por sus tenores
   la variedad y mezcla de colores.




Losa


Un pérfido cuadro llano y liso tal, que en su tez,
    te mires limpia y clara
    donde podrás, con no pequeño aviso
    trillar en sutil mistura.

  —397→  


Caballete


Y rara de tres piernas la máquina
   del aliso de una a otra poco más de vara
    las clavijas pondrás en sus encajes
    donde a tu mano el cuadro alces o bajes.




Regla


De macizo nogal y lasonado
    derecha regla,
    que el perfil recuadra,
    tendrás también de acero bien labrado.




Escuadra


No falta ocasión
    de la justa escuadra
    y el compás
    de redondo fiel trabado.




Compás


   A quien el propio nombre al justo cuadra
que abriéndose o cerrando
no se asienta el salto
donde el paso más se aumenta.




Cuchillo


De más de un cuchillo acomodado
    de sus perdidos filos, ya desnudo
—398→
    que incorpore el color y otro delgado
    que corte sin sentir fino y agudo.




Otro cuchillo


Los despojos del Pájaro Sagrado
    cuya voz oportuna tanto pudo
    de la Parca Roca en la defensa
    cuando tenerla al fiero gallo piensa




Concha


Sea argentada concha, donde el Tesoro,
    creció del mar en el extremo
    sumo la que guarde el carmín,
    y guarde el oro,
    el verde, el blanco, el azul,  5
    cerero un ancho, bajo de metal sonoro
    de frescas hondas transparentes
    llenos de molidos al óleo en blando frío,
    del color los defiende y del estío.

Una ampolleta de vidrio cristalina  10
   que el perfecto barniz guarde
   distinta de otra donde se conserve y se afina
   otro con que más cómodo se pinte
    aceite con estas otras, que a la paz destina
    haya letra y dibujo oscura tinta  15
    de caparrosa hecha agalla y goma
    con el lucir queda la fértil sombra.

 
 
FINIS
 
 



  —399→  
El colorido y sus circunstancias

De la diferencia de encarnes

1. Albayalde rosado, amarillo, bermellón.

2. Almacre, tinta entera, azul, verde terre.

3. Media tinta, almacre y amarillo otra que se gasta entre encarne y sombrío.

4. Ocre quemado, sombra parda, tinta obscura.

Cejas en sombra parda

5. Ocre quemado y un poca de prieto.

1. Carmín, sombra parda, ocre quemado es el oscuro.

2. Media tinta, amarillo, y bermellón, viene bien al encarne.

3. El claro de los cabellos con la misma media tinta, en este encarne se le pone un poco de carmín, una nada de ocre quemado.

4. Para Dolorosa, albayalde rosado, amarillo, un poco de verde terre, otro poco de encorca.

2. Media tinta, un poco de verde terre sombra parda y azul.

3. Tinta obscura, sombra parda, almacre.

4. Cabellos y cejas, sombra parda, carmín y prieto, realzar con las mismas medias tintas.

5. Cutis del rostro para bañar después de seco, albayalde rosado, bermellón, bien aguadito, bañar todo el rostro.

  —400→  

Otro encarne de Dolorosa

1. El claro principal rosado puro y los otros claros con rosado y encorva.

2. La media tinta en el mismo encarne una punta de azul, verde terre, en esta media tinta, un poco de sombra parda.

3. El cabello bermejo, sombra parda amarillo.

4. El realce, con una punta de sombra parda.

5. El obscuro, ocre quemado y prieto.

Otro encarne de Dolorosa

1. Rosado, encorva, bermellón.

1. La media tinta, sombra parda azul.

2. La tinta almacre un poco y lo más de sombra parda encorva.

3. Los cabellos sombra parda y algo de prieto.

4. Los realces encorva y amarillo.

Para Imagen

1. Rosado encorva, con un poco de bermellón.

2. La media tinta, sombra parda y azul

3. Tinta entera, almacre, sombra parda, un poco de encorva.

4. Los cabellos, sombra parda lo más un poco de prieto para la ternura no sombrear el obscuro.

  —401→  

Encarne de Imagen

1. Albayalde rosado, un poco de encorca, una punta de amarillo, una nada de verde terre.

2. Media sombra parda, encorca, lo más un poco de verde terre.

3. Los cabellos, sombra parda, encorva, un poco de ocre quemada y uña punta de carmín.

4. Advertencia, que los cabellos de imágenes y niños del todo de sombra parda con encorca y bermellón.

5. El realce de los cabellos con una punta de sombra parda.

6. El obscuro del cabello con sombra y realce con sombra parda.

Encarne de Imagen

1. Rosado, encorva.

2. Media tinta un poco de sombra parda, encorca.

3. La tinta con sombra parda, la misma mezcla, con un poco de prieto, sirve para los obscuros de los cabellos.

4. Los realces con un poco de sombra parda y azul.

Imágenes de Gloria

1. El claro con rosado y un poco de encorva.

2. La media tinta con un poco de sombra parda y un poco de encera.

3. El obscuro con sombra parda y en los cabellos añadirle un poco de prieto.

  —402→  

4. El claro de los cabellos un poco de sombra parda y azul.

Coloridos de Gloria

1. Se introduce porque viene al mismo asunto, claro principal, amarillo, rosado.

2. Amarillo y almacre, sombra parda lo más.

3. Almacre y ocre, y prieto.

Las Nubes

1. Amarillo y rosado.

2. Los serafines en este campo rosado, la media tinta del mismo campa.

3. Otra vez sombra.

Ángeles

1. Albayalde rosado, bermellón, un poco de encorva, una nada de verde terre.

2. La media tinta un poco de sombra parda, un poco de azul.

3. Más obscuro sombra parda y ocre crudo, sombra de la villa.

4. Obscuro de cabellos, sombra parda y ocre quemado y prieto.

5. Sombra parda, almacre, carmín un poco para los párpados.

6. Los más realces de los cabellos amarillo, almacre y ocre quemado.

  —403→  

Encarne de ángeles

1. El mismo que arriba se dijo, pero las medias tintas sombra parda, encorca, un poco de ocre.

2. Tinta segunda, ocre quemado sombra parda, realizado como arriba.

Encarne del Señor en Gloria

1. Claro principal rosado, el encarne con rosado y amarillo.

2. La media tinta, sombra parda y azul.

3. Las tintas ocre quemado y almacre.

4. Tinta obscura, ocre quemado y prieta; más ha de ser después de seco bañado con encorva, almacre y peletear con ello.

Otro encarne de niños

1. Realces, rosado.

2. Un poco de amarillo para el encarne, rosado, sombra almacre y carmín.

3. La tinta ocre quemado almacre y amarillo para el cabello.

1. Encarne de acomodar rosado el realce.

2. El encarne con rosado y una punta de amarillo.

3. La media tinta verde terne.

4. La tinta entera sombra parda y ocre quemado encorca.

5. Los realces amarillo y almacre.

  —404→  

Encarne de Gloria

1. Bañar con encorva después de haber bosquejado, realce con rosado; albayalde.

2. Las medias tintas, un poco de verde-terre y azul.

3. La tinta almacre sombra parda.

4. Un poco de sombra parda, los cabellos ocre quemado prieto, sombra parda.

5. Realce de amarillo y almacre.

1. Encarne de acomodar, realce rosado, albayalde.

2. En encarne rosado encorva un poco de bermellón.

3. La media tinta sombra parda lo más almacre encorra, un poco.

4. Los cabellos sombra parda, lo más carmín y prieto.

5. El realce del mismo encarne.

1. Encarne de acomodar, Albayalde amarillo, bermellón almacre, un sí y un no de azul, es para hombre de 30 años.

2. La media tinta encorva y almacre, la tinta encorca, ocre quemado y prieto.

3. El realce encorva y amarillo y ocre quemado y después de seco bañar con encorva.

1. Encarne de acomodar rosado, amarillo y bermellón.

2. La media tinta en el mismo encarne sombra parda.

3. La tinta entera con azul y sombra parda.

  —405→  

Encarne de buen aspecto

1. Almacre, amarillo, y algo de sombra parda.

2. La media tinta, amarillo, bermellón en lo mismo añadiendo sombra parda y encorva.

3. Tintas enteras los cabellos con sombra, ocre quemado y prieto.

4. El realce con amarillo y almacre.

Encarne de retrato

1. Albayalde rosado para el claro principal.

2. Encarne rosado, encorva, un poco de bermellón.

3. La media tinta un poco de verde terre, almacre, sombra pardo lo más.

4. La tinta azul, sombra parda, un poco de almacre, un poco de prieto.

5. Los cabellos con prieto y ocre quemado.

6. Sombra parda el realce de los cabellos de media tinta.

Encarne de retrato

1. Rosado el claro principal.

2. Encarne rosado amarillo y una punta de tierra roja.

3. Media tinta, amarillo, almacre.

4. La tinta verde terre azul sombra parda, ocre quemado y una punta de carmín.

5. Los cabellos sombra parda ocre quemado y prieto.

  —406→  

6. Realces con la segunda tinta.

Retrato de mujer que parece imagen

1. Realce rosado albayalde.

2. El encarne rosado amarillo.

3. Media tinta rosado, amarillo y bermellón, servirá de frescor.

4. La tinta azul, verde terre.

5. Tinta entera, sombra parda, ocre quemado.

6. Cabellos, sombra parda, ocre quemado y prieto.

7. Realce, encorca, un poco de mediatinta y rosado.

Encarne romano

1. 2. Realcé, rasado amarillo, un poco de bermellón3. La media tinta, sombra un poco:

4. Tinta obscura, azul, sombra parda mezclado con, la media tinta y añadir un poco de azul.

5. Tinta entera con sombra parda y prieto.

6. Los cabellos en negro con el mismo obscuro.

Encarne español

1. Albayalde, rosado, amarillo, almacre.

2. La media tinta azul, verde terre y sombra de Italia, amarillo, almacre.

3. Tinta entera de estas aguadas, ocre quemado, sombra parda y prieto.

  —407→  

4. Otras aguadas por el mismo amarilla, almacre, bermellón.

5. Tinta entera carmín, sombra parda y ocre quemado.

Encarne de viejo

1. Para acomodar, rosado, verde terre.

2. El encarne rosado, encorca, verde terre, almacre.

3. La media tinta, almacre carmín.

4. Tinta, ocre quemado y carmín.

5. Los cabellos, un poco de ocre quemado y prieto carmín.

6. Los claras, sombra parda y azul.

Encarne de viejo

1. Claro principal, albayalde rosado puro.

2. El encarne amarillo encorca, verde terre, un poco de bermellón, por la calva un poco de verde terre, encorca.

3. La media tinta, almacre y amarillo, una punta de carmín.

4. La tinta, ocre quemado sombra; parda, otra sombra.

5. Los cabellos, sombra parda, ocre quemado y prieto.

6. El realce, un poco de sombra parda y azul.

1. Encarne de viejo, después de bosquejado con carmín   —408→   el claro principal rosado, amarillo y esto por el encarne, la media tinta sirve.

2. La tinta, sombra parda, carmín, una punta de prieto.

3. Las barbas, rosado, amarillo, prieto, es muy bueno.

1. Encarne de viejo, rosado, verde terre muy poco.

2. La media tinta, verde terre almacre.

3. La tinta almacre, carmín.

4. Los cabellos un poco de sombra parda, azul los obscuros, ocre quemado, prieto y carmín.

Encarne de Cristo Difunto

1. Albayalde, y una punta de rosado el claro principal.

2. El encarne, verde terre lo más.

3. La media tinta azul, sombra parda, rosado, carmín, bermellón, la boca de tintas duras con ocre quemado y prieto.

4. Realce de los cabellos, almacre y amarillo.

Encarne de Cristo Difunto

1. Obscuro, el claro principal sombra parda encorva, un poco de almacre y un poco de rosado.

2. La media tinta, verde terre, azul, sombra parda, un poco de encorva en el rosado sombra parda.

3. Ocre quemado, encorva, prieto es para el cabello, sombra parda, prieto tantito, realce con la media tinta si es menester y de no, no hay que apurar.

  —409→  

Encarne de Cristo

1. Claro principal rosado.

2. El encarne rosado amarillo.

3. La media tinta un poco de sombra verde terre, azul con el mismo encarne, la ternura bañar con carmín.

4. La tinta, sombra parda, almacre un poco.

5. Los cabellos con sombra parda, ocre quemado prieto, realce con amarillo y almacre.




Dejo los encarnes en este estado y paso a los paños cambiantes

Se puede hace un paño verde bajo de ancoco y stril, usando de genolí por albayalde y aun para que sea más bajo, como para Países y terrarios en el ocre crudo y el anil más bajo, con negro y ocre que para arboledas y terrunos templados y acordu, suelen ser bastante todo lo cual usar a la discreción del artífice, donde y cuando convenga.

Otro paño verdoso y de color musgo

Fácilmente quebrantado con la sombra, este verde se puede conseguir al hacerse acanelados con blanco y sombra y un poco de carmín o tierra roja, la van muy buenos, en lo demás es dificultoso que se ocurra sino es que el pintor lo sepa graduar y acordar, aclarando o rebajando el color de suerte que no le destemple la dicha graduación, sino que toda ella quede como un instrumento   —410→   bien templado, acorde y armónico, sin que haya cuerda que desune.




Modo de hacer tinta de la china,

para aguadar los dibujantes, es como se sigue


Poner negro de té o de cuesco o también de concho de vino o de pepitas de guaranga o cualquiera de estos negros, con una punta de azul y otra punta de carmín y tantita sombra, pero de todas estas colores ha de ser como de las cuatro partes de negro mitad de la una, como uno de estos colores ha de ser de jabón de Castilla y azúcar y un poco de agua de ámbar; esto se muele todo junto para lo cual batirá claras de huevo poniendo en esto aguardiente de Castilla, tal cual gota, esto bien batido y moliendo el negro con el dicho aceite de huevo, de modo que no agüe, que esté bien espesa, tanto que para sacar ha de estar de modo que se pegue la moleta en la piedra y sacar en una tabla y ya que haya oreado, irás cortando con alambre o cerda de caballo, cuadraditos, o como quisiere, que es muy bueno.

Si quieres pintar bien has de perfilar el dibujo, meter el encarne bien parejo, no en partes cargado y en partes flaco, ensolver y meter la media tinta con la advertencia ya dicha del encarne parejo, uniendo con el encarne sin dejar señal determinada, dejando con lucimiento el resto de la media tinta y así se va graduando las tintas, después que bien colocadas las medias tintas enteras y encarnes se ensuelve procurando no salir del dibujo antes si hubiere faltado o pasado enmendar con la ensolvedora y después como quien no quiere la cosa, ir buscando sombras y altos procurando macizar, no perdiendo el brío de la suavidad sino en los medios o digámoslo así en lo más claro del encarne ondeando la sombra, sin dejar raya ninguna en todo. Caso aunque en rostros no sea en   —411→   edificios, celajes, perspectivas, estatuas, ropas, terrunos o sea en lo que fuere, se debe sombrear, meter medias tintas, unir y ensolver, después de echar estas diligencias, se va golpeando los claros y ondeando los obscuros, sin perder el lucimiento de las medias tintas, de suerte que en cada cosa se muestre la gracia y sutileza del artífice.




Para pintar almas

En el fuego de hacer tintas de carmín y encorque, el encarne rosado y albayalde, esto es para las mujeres y para los hombres, ocre tostado lo más carmín, una nada de prieto, el encarne bermellón, almacre, encorca y carmín, un poco del albayalde, medias tintas, verde terre, carmín y sombra parda.

Si fuesen almas en un Juicio, que van subiendo al cielo, o imagen de la luz, ha de ser carmín una nada, lo más encorca y negro, con lo cual bien unido, perfilará no cargado y con lo mismo sólo excediendo un poco el negro a que sirva de media tinta muy suave, el claro será albayalde, quebrantado con un tanto de rosado; el pelo ha de ser de encorca carmín, verde terre y un poco de prieta, se paletea bien refregado sin cargazón alguna.




Prosiguen los encarnes adelante

Encarne de Cristo con San-Pedro de noche.

1. El claro principal un poco de verde terre encorca, que sirve de encarne también con un poco de rosado y amarillo por el encarne natural, no por el realce.

2. Media tinta con encorca, almacre, que esté bien claro.

  —412→  

3. La tinta entera, ocre quemado prieto, carmín.

4. El realce de los cabellos con sombra y almacre.

Cutis que se da a pinturas acabadas

1. Cristo, imágenes de Dolores y Magdalenas.

2. Sombra parda y sombra de Italia, una punta de carmín, ocre quemado, encorva, todo esto bien mezclado y aguado con aceite claro y bien tirado ir bañando, es romano este cutis.

3. Por los cutis de Jerónimos y de edad de pintura en encorva, carmín, sobre seco el baño muy sutil.

Encarnes de San Juan

1. Claro principal, rosado y albayalde.

2. Encarne rosado, amarillo, almacre.

3. La media tinta con amarilla, bermellón.

4. La tinta obscura con sombra parda, ocre quemado y prieto.

5. Con amarillo y almacre, el realce.

Encarnes de San Juan tierno

1. Claro principal, rosado y albayalde.

2. Encarne de bermellón, una, punta de azul.

3. La media tinta, verde terre y azul, ocre crudo y corea.

4. La tinta sombra parda, ocre quemado y su punta   —413→   de media tinta destemplados los cabellos y cejas con sombra parda, carmín y prieto.

5. Realce con media tinta, encorva, ocre crudo, todo bien templado.

Encarne de San José

1. Realce principal rosado.

2. El encarne rosado, amarillo, bermellón.

3. La media tinta encorva y almacre.

4. La tinta obscura encorva, ocre quemado, prieto.

5. El realce de los cabellos, encorva, amarillo, ocre quemado, después de acabado el cabello, bañar con encorca.

Encarne de San Juan Bautista

1. Rosado amarillo y un poco de almacre.

2. La media tinta, azul, sombra parda, ocre quemado.

3. Por los cabellos, sombra parda y prieto.

4. La tinta entera, sombra parda y encorva.

5. El realce de los cabellos, almacre y amarillo.

Encarne de San Jerónimo

1. Para el cutis principal y claro rosado, el encarne rosado, albayalde, amarillo, almacre, que tire más a amarillo que a rosado.

2. La media tinta, carmín, encorva, sombra parda y   —414→   para acabar bañarle después de acabado; poner primero las medias tintas, sombra parda y amarillo.

Encarne de San Jerónimo

1. El claro principal, albayalde y rosado.

2. El encarne, amarillo y rosado.

3. Media tinta rosada amarillo, verde terne.

4. Tinta almacre, ocre crudo amarillo.

5. Tinta entera, almacre ocre quemado.

6. Cabellos, sombra parda y prieto.

Encarne de Magdalena difunta

1. Albayalde rosado, lo más verde teme.

2. Media tinta sombra parda, azul, que quede casi de color de carne.

3. Rosado de carmín y bermellón, tiene la boca colorada.

4. Tintas duras, ocre quemado, sombra parda, azul.

5. Realce de los cabellos de la media tinta y amarillo, los cabellos, sombra y amarillo, encorca.

Encarnes de figuras obscuras o cabezas de viejos y de imágenes romanas

1. Rosado, bermellón.

2. El encarne rosado, bermellón, encorca, amarillo, verde terne.

  —415→  

3. Media tinta sombra parda, ocre quemado encorca con el encarne.

4. La tinta, ocre quemado y prieto y encorca.

5. Cabellos con lo mismo, el realce ocre crudo amarillo.

Encarne de indio

1. Los claros, rosado, albayalde.

2. Encarne, verde terre lo más.

3. Las medias tintas, con azul, sombra parda, rosado, carmín bermellón.

4. Tienen las bocas sus tintas duras con ocre quemado y prieto.

5. Realce de los cabellos; con almacre y amarillo.

Encarnes de diferentes santos

1. Albayalde rosado con amarillo se hace encarne que el color tire a encarnado.

2. Media tinta, almacre, amarillo un poco de sombra parda, azul, bañarle primero con almacre y amarillo y un poco de sombra parda, carmín, ocre quemado.

3. La tinta entera de los cabellos, ocre quemado prieto, carmín; el claro, sombra parda, azul.

Aviso de los celajes y sus colores.

1. Celaje claro, rosado todo perdido sin dureza, las nubes suspendidas de sombra parda y amarillo, los claros   —416→   del canto albayalde amarillo, una punta de azarcón, las más obscuras con prieto y sombra.

2. Celaje rosado, apagado, con una punta de amarilla, azul, azarcón, albayalde, las demás celajes, azul obscuro perdido, suspensos los lados apagados, nubes de sombra parda, carmín los obscuros, con prieto, los claros amarillos.

3. Celaje rosado albayalde, una punta de azul muy claro y que esté el rosado de buena manera y perdido, las nubes de prieto, encima nubes de sombra parda, encorca, azarcón y que sea más de albayalde y celaje, de azul perdido y suspenso, las nubes de prieto sombra parda, las altos claros, de amarilla y azarcón.

4. Celaje claro amarillo azarcón mas ha de ser de albayalde y celaje de azul perdido, los, altos de las nubes de sombra parda, el claro de amarillo y azarcón.

5. Celaje claro, azarcón, amarillo y albayalde lo más encima, varias nubes de rosado perdido y nubes de sombra parda, claros de albayalde y parte con prieta.

6. Celaje claro, albayalde puro en partes de rosado claro a pedazos y celaje de azul perdido, las nubes de prieto en partes de sombra parda y una nada de claro.

7. Celaje poquito claro, campo de albayalde o todo celaje azul y a pedazos nubes de los claros bajo de azarcón en partes y debajo de ellas sombra parda a pedazos obscuros de azul tantito claro con carmín y prieto por las bajos desde prieto azul obscuro al lado derecho.

8. Celaje de noche, horizonte rosado perdido con azul claro, nubes de media tinta, de negro y albayalde, una punta de encorva, en partes con negro y sombra parda.


 
 
FINIS DE LOS CELAJES
 
 


  —417→  
Paños y ropas

Cambiantes


1. Ropa de lino, con blanco, negro, de concho de vino o sea quebrantando lo azul de su reflejo con una punta de sombra de Italia; que se observará en todas las tintas.

2. Las ropas de seda blanca sombra de Italia, una punta de encorva, prieto la tercia parte de la encorva en los reflejos, un poco de ocre.

3. Las ropas de lana, el blanco se rebaja con sombra, y amarillo u ocre.

4. Paños amarillos, escaroladas, se comienza por los claras de Genolí, la segunda tinta, genolí ocre claro, y encorva la tercera como de la segunda y añadir sombra parda y encorca, sólo se puede labrar con blanco y sombra y sobre seco bañar de encorva y tocar los claros con genolí, los obscuros con sombra, y hará muy hermoso.

5. Paños azufrados; o verdoso, en la tinta de encima, mezclar en todas ellas verde terre'.

6. Amarillo aganizado. Ocre claro, blanco par segunda tinta, ocre obscuro por cuarto del mismo con sombra y almacre el último obscuro, sombra y carmín también se labra con ocre y rebajando con carmín, y sombra.

7. Paño amarillo, y anaranjado en los claros, ocre con azarcón y encorva; las demás tintas, almacre, carmín y sombra.

8. Paño encarnado, albayalde y bermellón y carmín; las demás tintas, bermellón y carmín en los obscuros, carmín solo y apretar con carmín y una punta de verde, después de seco bañar con carmín transparente y realzar con claras y apretar los obscuras con la última tinta.

  —418→  

9. Paños color de fuego, bermellón y carmín. Las tintas con prieto y carmín, almacre, obscuro con prieto sombra y un poco de almacre, después de seco bañar con bueno y alzar los claros con bermellón y apretar los obscuros con prieto y una nada de carmín morado.

10. Paños rosados, en el carmín una punta de bermellón, cuanto quede en color rosagante y no exceda el carmín; las demás, con carmín líquido y carmín con prieto y cardenillo para el secante del fondo.

11. Paños azules de polvos con añil, se mezclan los polvos para bosquejar y aguarrás para que no chorree y en seco bañar con el esmalte puro si quiere realzar y apretar, a falta de aguarrás, poner aguardiente o saliva.

12. Paños de carmín. Labrar en el bosquejo con blanco y prieto y bañar, realzar y apretar lo hondo como en el paño rosado.

13. Paño morado carmesí, polvos azules carmín, porque el añil no sirve, si tienes prusia será mejor, en blanco y azul después bañar con carmín; también carmín con negro, morado de obispos, es poniendo más azul, que carmín y los fondos se les echa un poco de cardenillo.

14. Paño verde con blanco y prieto o añil, se bosqueja y se retoca, después de seco se baña con verde terre, mezclando con cardenillo y genolí en lugar de albayalde, los obscuros con prieto y encorca.

15. Blanco Romano, claro principal albayalde puro, las medias tintas, carmín, ocre crudo y prieto; tinta entera, ocre crudo y prieto, lo más carmín.

16. Cambiante muy precioso, claro principal, azul claro, celeste, la tinta con azul puro con amarillo obscuro y el último fondo con sombra parda y azul, para diferenciar, añadirle en el claro una punta de carmín y   —419→   en la tinta obscura también carmín y saldrá muy precioso.

1. En los blancos, con azul claro.

2. En amarillo, con azul claro.

3. En encarnado, azul claro.

4. En encarnado, amarillo claro.

5. En encarminado, azul claro.

6. En encarnado, amarillo claro.

7. En azul, carmín claro.

8. En azul, amarillo claro.

9. En morado, amarillo claro.

10. En morado, con verde claro.

11. En verde, con amarillo claro.

12. En verde, con rosado claro.

13. En rosado, con encorca y carmín.

14. En verde, con morado claro.




Para hacer terciopelos

Se baña a fuerza de reflejo, trocando los claros naturales en obscuros y los obscuros en claros.

2. Los claros se realzan a pincel seco después de bañados, esto guardará en toda laya de terciopelos.

3. Los países se bosquejan con blanco y negro, acre y sombra, las manchas principales de las árboles en los oscuros se comienza por las luces y claros del horizonte con ocre y blanco, después morado, azul ensolvido, las nubes encima, de suerte que lo copado de los árboles caiga   —420→   en el claro de las dichas nubes, el terruño después del cielo que llamamos lejos de la misma del cielo, un poco más obscuro y después ir graduando, esto es una hora antes de salir el sol; morado claro, suave apunte el horizonte después azul que superite el rasado, los matorrales, árboles y terruños, tierra verde y blanco, ocre claro quebrantado con carmín y más albayalde, más verde con ocre, rojo y carmín; peñascos divertidos con tierra verde; diversión de montañas, árboles de primer término, con encorca, tierra verde, sombra parda y un poco de prieto, que haga color verdacho y por último negro, encorca, carmín en el mismo obscuro y las puntas de la arboleda con ocre, y verde; en veces con ocre solo, diferenciando las árboles de los unos a los otros.




Advertencia

Si fuese el país de noche, dar las luces con media tinta de verde terre, y azul claro; si fuere el país, al apuntar el sol, el realce con genolí, albayalde, una punta de encorca, azul claro como no sea añil, ni polvos, la prusia suele ser mejor para este efecto.




Enigmas simbólicos

La verdad en la figura

1. De una mujer hermosa, desnuda, modesta, un sol, en la otra, un libro abierto, una pluma, a los pies un globo terrestre.

Desnuda, por la sencillez y pureza de la verdad ama la luz y claridad; el libro, la ciencia en que se acrisola la verdad; la pluma la fortaleza y triunfo a la verdad.

  —421→  

El globo, a los pies, por el desprecio a las cosas de este mundo, y aprecio al otro.

La prudencia

2. Una mujer con dos rostros de los cuales el posterior es de anciano, se está mirando en un espejo con una sierpe rodeando un brazo; la prudencia ordena en lo presente, acuerda lo pasado, previene lo futuro, por eso en parte posterior, la otra cara es de anciano con que mira lo pasado; la de adelante mira lo presente y previene lo futuro, regulando sus acciones en el espejo; la sierpe, la prudencia, por su vida, esconde la cabeza por sus vueltas.

La justicia

3. Una mujer vestida de blanco, en la mano diestra tiene las fases consulares, junto con la balanza; en la izquierda una flama; junto a ella, la espada, y el peso de blanco, por la limpieza de la justicia; la flama en la mano siniestra que se inclina a lo alto sin torcer de la cuerda la justicia; las fases consulares, insignia magistral, peso y espada para castigar con igualdad.

La fortuna

4. Una mujer vestida alconada y de color, abrazada con la izquierda una columna, en la mano derecha, una lanza y armada lo de Leonado como debe ser pronta a combatir y resistir contra la fortuna mala; abrazada de la columna por ser lo más fuerte del edificio; la lanza   —422→   para acometer y humillar a los soberbios de los injustos.

La templanza

5. Una mujer con cíngulo en la mano y en la otra, que es la siniestra, un freno, por enseñar que la templanza ha de corregir y enfrenar los desórdenes de nuestros apetitos.

La fe

6. Una mujer muy hermosa y doncella, vestida de blanco, vendada, un cáliz en la mano derecha, un libro en la mano izquierda, en inclinación de moverse en diligencias; demuestra cuanto actuosa diligente aun necesario el obrar, con el creer; el cáliz por el Sacramento de la Eucaristía y lo vendado, es creer lo que no vemos. El libro cerrado, es el Evangelio.

La esperanza

7. Una doncella vestida de verde, coronada de flores de almendras sobre el corazón, la cara al cielo y en la mano siniestra un ancla; el vestido verde, la esperanza de las hierbas y su fruto; las almendras, anticipan las otras; el ancla, seguridad para rehuir a los accidentes de los ojos al Cielo en que tiene confianza con afecto del corazón en que pone la mano al pecho.

La caridad

8. Una mujer vestida de rosas, en la mano derecha un corazón ardiente, con la izquierda abrazando un chicuelo,   —423→   en la cabeza una llama de fuego; el vestido rojo significa que está vestida del amor de Dios; la llama y el corazón ardiente, es el amor en Dios; el chicuelo, es la Caridad y amor del prójimo.

La devoción

9. Una mujer doncella muy hermosa, modestamente vestida, hincada de rodillas con una llama en la cabeza y un rosario en las manos; la llama en la cabeza es la devoción y endereza al cielo, como cosa que va derecho allá así a Dios.

Los animales

10. Que simbolizan los vicios. La soberbia es el pavón; la avaricia, es el lobo; la lujuria, es el cabrón; la ira, el oso; la gula, es la bestia; la envidia, es el perro; la pereza, es la tortuga.

La ignorancia

11. Una mujer con rostro disforme, carnosa, coronada de adormideras, caminando descalza en un campo de abrojos, vestida ricamente de joyas.

El error

12. Hombre tosco con hábito de caminante o peregrino, vendado, tatoneando con el bordón por hallar el camino; los ojos vendados, enseña la ceguera del entendimiento;   —424→   el bordón significa que sin la dirección buena, caerá en el error.

La herejía

13. Una vieja seca y flaca de espantoso aspecto, los cabellos de áspides enroscadas, demostrando sus pensamientos nocivos, el pecho descubierto, tetas colgadas, secas, arrugadas, incapaz de dar nutrición saludable; en la mano siniestra, un libro medio abierto de donde salen áspides y con la mano diestra, asco el arrogar, deseando introducir su secta.

La traición

14. Una mujer con una máscara, con un tigre a lado.

La abundancia

15. Una mujer coronada de espigas de trigo, guirnalda de frutas, flores, colmenas de abejas, conejos y pollos.

Ciencias y artes

16. Una mujer Minerva con todos los instrumentos de música, astronomía, arquitectura, escultura, libros, plantas, cupidillos, estudiando la mujer con el compás en la mano; y en la otra papel desenrollado.

  —425→  

La guerra

17. Una Marte con coraza y morrión-rodela, pica en la una mano, de mucha altivez con todos atavíos de mujeres.

El fuego

18 El fuego, un volcán forjando con sus esclopos, hombre que no tiene más que un ojo en la frente.

El aire

19. Una mujer con alas de mariposa, chiquillo soplando bombillas de jabón, otros con cometas; el país con navíos y pájaros.

El agua

20. Hombre de pescador y hartos peces, tortugas, lobos, marineros, cangrejos, cascabeles, caracoles de agua, conchas, corales y perlas.

La tierra

21. Una Diana cazadora con flecha y arco, perros y animales de todas layas, frutas, flores y mundo.

La Europa

22. Una mujer con espigas de trigo, instrumentos de todas ciencias y artes; edificios de arquitectura, frutas   —426→   que se hallan en ella; herramientas e instrumentos de guerra; bien vestida y algunos, en los lejos, con sus vestidos de la Europa; pipas de vino, algunos animales que se hallan en ella, piezas de géneros pardos, navíos surcando.

Asia

23. Una Turquesa bien vestida, con muchas perlas, cadenas de oro, algunos turcos y moros, camellos, elefantes, muchas frutas, especerías y sus medias lunas en el turbante; esclavos, rescate de ellos.

África

24. Negros desnudos, sus pampanillas de plumas y en la cabeza sus llautos de plumas con sus flechas, mucha perlería; corales, conchitas y quita-sol; hamacas. Todos de cinturas de diversos colores, con frutas, que se asan a la lumbre en el fuego, y monos, lobos, toda laya de pájaros de mil colores y hermosos animales de diferentes layas, vendiendo esclavos y unos que se embarcan y otros que saltan en tierra; árboles y palmas, cocos y plátanos, cañas bravas, maíz, leones, tigres y lagartos.

América

25. Indios e indias vestidos de algodón, pintadas con sus flecaduras; ellos son de color quemado, tiznados de color, llautos de oro, unos de capisayos, otros con pampanillas en la cintura, con colgados de chaquiras, dardos, flechas y arcos; quitasoles grandes, sus redecillas de algodón,   —427→   con diferentes frutas, piñas, aguacates, plátanos, sandías, yucas, patatas, guineos, chirimoyas; leopardos, armadillos, la danta, barracas de paja, cañas bravas, minas, sus molinos, esmeraldas, amatistas, algunos cacatúas, cascarillas de Loja y fardos.

Primavera

26. Una diosa, flor con flores, muchas alegrías, huertas, cupidillos regando la flores de las huertas, pájaros y cielos alegres.

Estío

27. Cacerías, frutas, cazadores, venados, caminantes, paseos, amores, cosechas de trigo, quitasol, una diosa Ceres y frutas.

Otoño

28. Un barco con hartas jabas de uvas, cosechas de vinos, borrachos, unos caídos y otros brindando, moscos, danzas, pipas.

Invierno

29. Un viejo que se calienta al fuego, familia al lado; árboles desnudos cubiertos de nieve y granizos, caras y máscaras, nariguetas, bayetas ordeñando vacas, lodos, resbalando en las aguas.

  —428→  

Hombre fuerte y robusto

30. El cuerpo derecho, el pelo tieso, gruesos y fornidos muslos, aparentes nervios, venas, bien articulado, los hombros anchos, pescuezo corto, muchos vellos y crespos; ojos buenos, no muy abiertos ni muy cerrados. Color quemado o encendido o trigueño, frente recta no muy grande, las mejillas ni muy en carnes y en fin demuestra la fortaleza de un Sansón o un Hércules.

Hombre tímido

31. El cuerpo algo inclinado, cabello delgado, el vientre embebido, un color pálido, azafranado, ojos flacos, la espalda junta, movimientos tardías, agobiado, espantado.

Insensato

32. Rostro carnoso, largo, frente grande, ojos circulares azafranados, quijada grande y carnosa, cuello grueso, hombros levantados, muslos y rodillas carnosas, piernas robustas largas, tobillos gruesos, redondos.

Hombre ingenioso y prudente

De color entre rojo y blanco, frente espaciosa con entradas; ojos hermosos, párpados gruesos; las niñas de los ojos ni muy grandes ni pequeñas, de color de cera negra, que de cerca son pardos y de lejos demuestran ser negros, tienen la vista aguda, el pelo no muy sutil ni muy grueso, las carnes suaves, no muy musculosa, ni gruesa, pies y manos pequeños y de buena estatura.

  —429→  

Un sinvergüenza

Rostro redondo; nariz aguileña, ojos muy abiertos y refulgentes, párpados gruesos y colorados, frente descubierta más ancha para arriba que a las sienes, el pelo real, y corto de los muslos removiendo, corre su color rojo, sanguíneo.

Hombre modesto

De semblante grato bien proporcionado, los ojos alegres no retumbantes, negros, no muy abiertos ni cerrados, en parpadear grave, en el movimiento tardo y en las palabras; el cuerpo recto, sin afectación, el pelo entre lacio y crespo; los miembros bien proporcionados; el color claro, moderadamente rojo.

Hombre animoso

Rostro casi cuadrado, frente grande, carnoso, los ojos más incita, algo señor lento, ni remiso ni agudo, en la, vista en el movimiento tardo, algo inclinado a la postura enjuta que grueso, no muy alto.

Hombre cobarde

Arrugado el rostro, los ojos juntos, hundidos, femenil, pálido el aspecto, la figura humillada, algo femenina y remiso en el movimiento, piernas delgadas, las rodillas enjutas, encogidas, magro, seco, descolorido; cabello lacio, claro, cuello delgado y largo.

  —430→  

Hombre avariento

Semblante remiso, cuitado, color trigueño oscuro; rostro rugoso casi airado; unos son flacos, secos; otros son gordos demasiado, cabellos raros y negros.

Hombre iracundo

Cuerpo recto, algo salido del vientre, pelo crespo, ojos, semblante arrebatados y sanguíneos, el color rojo, frente arrugada, espaldas anchas y grandes, los extremos crecidos y fuertes y muy veloz.

Hombre mansueto

Semblante grato y vetusto. La estatura proporcionada, algo crespo, el movimiento tardo y grave y algo, inclinado.

Hombre pusilánime

El rostro diminuto, ojos pequeños, aspecto tímido, crespo, flaco, miembros arteros, delgados, femenil.

Hombre ijrioso

El rostro desapacible, los ojos hundidos, boca grande, el labio superior relevado, algo jiboso, la nariz roma, el pelo rojo, tales son adecuados a traición.

  —431→  

Hombre piadoso

Semblante alegre, color blanco y puro, ojos carrosos, húmedos, la nariz bien sacada, derecha, no aguileña, buena proporción corporal.

Hombre lascivo

Blanco, rojo, velloso, cuerpo, cabellos rectos, gruesos de algunos negros y algunos otros colorados, sienes vellosas y no muy anchas, baja un sexto del nacimiento del pelo, ojos encamisados, párpados gruesos, ojos saltones.

Hombre colérico

Descolorido demasiado, ojos desencajados, abierta la boca con extremo, baboso, ojos encarnizados, circularido el blanco alrededor de la niña, cejas estiradas y arrugadas, las narices abiertas y garganta hinchada.

Hombre desleal

Cara redonda, tienen algunos otros cara aguileña, color pálido, el pelo ondeado, orejas delgadas y pegadas del pejoncillo de la quijada, orejas sin sangre.

Hombre bufón, amigo de hacer chanza a los mayores

Cara redonda, femenil, bajo de su estatura, cabeza pequeña, pelo liso y lustroso, ojos hundidos y pequeños,   —432→   lustrosos, cejas juntas, boca, la nariz ni larga ni corta, los extremos de la punta agobiados, tales sujetos son sabidos en sus tratos y contratos y son menguados y para sacar del bolsillo extienden la pierna izquierda; guárdate de encontrar a éste.

Hombre con risas

Cierren los ojos, la boca para arriba, haciendo arrugas en las mejillas, se dilatan en las cejas.

Hombre en admiración

Abre los ojos y boca un tanto o al revés, cierra la boca y arruga la frente; algunos se tapan la barba si la tienen crecida, otros bajan las cejas juntas a los ojos y estos medios abiertos atendiendo al suceso que le admira, ayúdanse con las manos abriendo los dedos y extendiéndolos.

Hombre que llora

Boca para abajo abriendo las esquinas, se juntan las cejas, los ojos se encarrujan.

Hombre triste

Tiene mucho del llanto y tiene humedad en la cabeza, es aprensible, duerme poco y llora mucho; si está acertado pónese pensativo con la mano en la mejilla izquierda, el codo sobre una pierna con distinción si viere a otro que tenga la mano en la mejilla derecha, tales   —433→   son hombres de máxima y fragua o son perezosos, remisos o impacientes, los bajos y ceja levantados.

Hombre alegre

El alegre tiene los ojos bien abiertos; cejas dilatadas, la boca abierta y risueña, las manos extendidas en alto.

Hombre espantado

Robado de color y encogimiento, mostrando timidez que siempre la trae consigo.

Otro hombre espantado

Huyendo, viendo por otras, que teme caer para abajo al pisar o que le caiga algo de encima, tales son de color amesurado, la quijada larga, ojos lacrimosos y con lagañas.

Hombre virtuoso y contemplativo

Estos tienen dos variedades de rostros, uno semejante al sol y otro aguileño; el aguileño tiene las cejas parejas -ojos como del águila, modestos y alegres, son semejantes al sol, cejas fecundas, ojos rasgados, alegres y su mirar al suelo, y en la parte que fija la vista se dilata; la nariz la tiene abierta de las ventanillas, el extremo de la nariz es afilado, la boca gruesa, dientes anchos amarillos y disparejos, tales sujetos son amantes de la música y al oírla se les humedecen los ojos y son fáciles a contrición, habiendo alguna moción del cielo y su continuo   —434→   pensar y hablar es de cosas altas y bien fundadas, los cuales todo lo enderezan bueno o malo a cosas hechas al Altísimo. Y si por ventura encontrares con uno de éstos, da infinitas gracias al Señor y procura aprender de él y no platiques cosas mundanas que le harás grave injuria, antes si adelantarle sus designios.




Para curar el añil, modo fácil

El primer modo es molerlo con un poco de aceite de linaza y envuelto en un papel de estraza se envía a un horno para que la noche esté dentro y de mañana sacarlo, que esté bien endurecido y consumido el aceite y puesto en alguna cosa, se pone nuevamente el dicho aceite de lino, remoliéndolo bien, echarle como cosa de un adarme de vidrio molido en una onza de dicho azul, por el secante y gastarlo.

Otro modo de purificar

Moler añil con el aceite de lino poniendo en una libra de pesar, supónese en un vacío y puesto en una pailita con agua; alumbre de Castilla y vinagre de Castilla que llegue a cubrir el agua a la lira y a fuego manso hacer hervir, y ya que haya hervido una hora, mudar dicha agua y poner otra, esto ha de durar hasta cuatro horas, mudando y remudando, y llegas las dichas cuatro después de ladear el agua, poner en piedra y molerlo con aceite y sacado en una escudilla ponerle espíritu de vino o espíritu alcanforado y darle fuego hasta una hora, es muy bueno.

  —435→  

Tercer modo del añil

Poner el añil en grano con meados, cuarenta días y llegados a cumplir dichos días, sacar y desaguar ocho días, poniéndole alumbre de Castilla cada vez que remude el agua y cumplidos dichos días y ya que esté bien desaguado y limpio molerla con aceite de lino, echarle vuelta de alumbre de Castilla, y bien molido ponerle en un vidriado y poner al horno de pastelería hasta veinticuatro horas y cumplidas las horas sacar y moler con el mismo aceite de lino y poner un poco de vidrio molido que es muy bueno.

Cuarto modo del añil

Molerlo el añil con aceite y alumbre de Castilla, guardarlo hasta un año y cumplido hacerlo hervir en aguardiente de Castilla o resacado dos horas y media y de ahí: sacar y remoler bien que es muy buena.

Para curar el aceite

Poner aceite de lino en un vidriado en albayalde, cáscaras de colores viejos, polvos de almarraga, azogue, un grano de sal, migajón de un pan, un pedacillo de piedra pómez quemado, todo esto le incorpora con el dicho aceite y se echa al sol y al sereno guardando el que entre moscos y agua, para lo cual se repara la boca, vidriada con tela de cedazo y cada veinticuatro horas se rebota meneando con una cuchara, esto ha de durar por espacio de cuarenta días, y si quiere engrajarlo, dejar ocho días más, saldrá muy bueno.

  —436→  

Campo de edificios

Azul y almacre con encorva y prietos, los claros de albayalde puro.

Campo de edificios

Azul y verde terre, sombra parda y los claros con albayalde puro, después de seco golpear las claros con encarne y buscando los obscuros con sombra parda.

Advertencia

Si quieres fingir noche en los edificios, labrar los claros con medias tintas y los obscuras más apretados y más confusos sin rayas ni filos, después de seco, buscar los obscuros y si hubiere resplandor de los horizontes, golpear los claros tal cual luz y lo demás de media tinta y obscuro.


 
 
FIN DE LO TRATADO
 
 



Avisos para hacer colores

1.º Albayalde

Echarás vinagre fuerte en una vasija de barro vidriado, sin llenarla del todo y sobre ella unas chapas de plomo sostenidas con unos palitos, después tápese con una cubertesa ajustada con yeso, mate: ponla en estiércol de   —437→   caballo o a fuego muy manso por 20 días, después descúbrela y apareja el albayalde en las chapas y en el suelo de la vasija, sácalo y recógela y repite la diligencia hasta que fine el plomo, concluido todo, lávalo con agua clara, déjalo asentar, decanta el agua y hallarás en el fondo el albayalde finísimo.

2.º Carmín

Muélese sutilmente media os de Brasil, ponle en infusión en olla vidriada con vinagre destilado y pasado 24 horas, pásalo por lienzo prieto y fuerte; vuélvelo a la lumbre y mientras esté hirviendo échale vinagre blanco en que hayas disuelto tres os de alumbre en polvo, remenéalo bien y con una espátula, y la espuma que hiciera será el carmín; recógelo y guárdalo en basión bien tapado hasta que se seque.

3.º Bermellón

Toma polvos de cochinilla, mezclalos con alumbre quemado, caliéntalos a la lumbre y apágalos luego en agua de rosas y tendrás un bermellón muy hermoso. Y si quieres más lindo en piedra y que no se te ponga negro, reálzale en piedra, mezclándole gutigambar y un poco de azafrán, al tiempo de molerlo.







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ArribaAbajoIlustraciones

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ArribaAbajoArquitectura

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Fotografía del Templete de la catedral de Quito

Templete de la catedral de Quito

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Fotografía del Templo de San Francisco

Fachada del Templo de San Francisco. Quito

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Fotografía del Santuario de Guápulo

Santuario de Guápulo. Quito

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Fotografía de la Iglesia de San Diego

Iglesia de San Diego. Quito

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Fotografía del patio  del convento de San Francisco

Patio principal del convento de San Francisco. Quito



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Escultura

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Fotografía del Retablo Mayor del Templo de San Francisco

Retablo Mayor del Templo de San Francisco. Quito

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Fotografía del Retablo Mayor del Templo de la Compañía

Retablo Mayor del Templo de la Compañía. Quito

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Fotografía del Retablo Mayor del Santuario de Guápulo

Retablo Mayor del Santuario de Guápulo. Quito

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Fotografía del Artesonado del Coro de San Francisco

Artesonado del Coro de San Francisco. Quito

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Fotografía del Púlpito del Santuario de Guápulo

Púlpito del Santuario de Guápulo. Quito

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Fotografía de la Tribuna de la Sala Capitular de San Agustín

Tribuna de la Sala Capitular de San Agustín. Quito

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Fotografía de La Trinidad (Retablo del Rosario)

La Trinidad (Retablo del Rosario) Quito



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ArribaAbajoImaginería

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Imagen de Nuestra Señora del Quinche

Nuestra Señora del Quinche por Diego de Robles (Santuario del Quinche) Provincia de Pichincha

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Imagen de Nuestra Señora del Monasterio de la Concepción

Imagen de Nuestra Señora (Taller de Diego Robles) Monasterio de la Concepción. Quito

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Imagen de Ecce Homo (Iglesia de Guápulo)

Ecce Homo (Iglesia de Guápulo) Quito

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Imagen de Nacimiento (Monasterio de Santa Clara)

Nacimiento (Monasterio de Santa Clara) Quito

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Fotografía de imágenes de Los Reyes Magos

Los Reyes Magos en viaje (Monasterio de Santa Clara) Quito

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Fotografía de imágenes Reyes Magos

Reyes Magos adoradores (Monasterio de Santa Clara) Quito

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Fotografía de la imagen de La Inmaculada

La inmaculada (Monasterio de la Concepción) Quito

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Fotografía de la imagen de la Negación de San Pedro

Negación de San Pedro por el padre Carlos (Museo de San Francisco)

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Fotografía de las imágenes de La muerte de María

La muerte de María (Iglesia del Carmen Antiguo) Quito

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Imagen de la Inmaculada

Inmaculada por Bernardo de Legarda (Monasterio de la Concepción) Quito

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Imagen de El Calvario

El Calvario por Manuel Chili (Caspicara) (Colección de Víctor Mena) Quito

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Imagen de la Impresión de las llagas de San Francisco

Impresión de las llagas de San Francisco por Manuel Chili (Caspicara) (Capilla de Cantuña) Quito

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Imagen de Nuestra Señora de la Luz

Nuestra Señora de la Luz por Manuel Chili (Caspicara) (Colección de Víctor Mena) Quito

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Imagen de El Niño dormido

El Niño dormido firmado por Manuel Chili (Caspicara) (Colección particular) Quito

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Imagen de Niño Jesús

Niño Jesús por Manuel Chili (Caspicara) (Colección particular) Quito

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Imagen de Nuestra Señora del Carmen

Nuestra Señora del Carmen por Manuel Chili (Caspicara) (Museo de San Francisco) Quito

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Imagen de Crucifijo de autor desconocido

Crucifijo de autor desconocido (Museo Municipal) Quito

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Imagen de Crucifijo de Gaspar de Sangurima

Escultura por Gaspar de Sangurima (Museo Municipal) Cuenca

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Imagen de Crucifijo de José Miguel Véles

Crucifijo por José Miguel Véles ( Museo Municipal) Cuenca



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ArribaAbajoPintura

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Retrato del padre Pedro Bedón

Retrato del padre Pedro Bedón (Museo de Santo Domingo) Quito

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Pintura de Santa Lucía

Santa Lucía por el padre Tomás del Castillo, 1654 (Monasterio de la Concepción) Cuenca

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Dedicatoria de la colección de lienzos de la vida de San Agustín

Dedicatoria de la colección de lienzos de la vida de San Agustín, por Miguel de Santiago, 1656 (Convento de San Agustín) Quito

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Pintura de La muerte de la Virgen

La muerte de la Virgen por Miguel de Santiago (Iglesia Catedral) Quito

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Pintura de la Virgen Inmaculada

Inmaculada por Miguel de Santiago (Santuario de Guápulo) Quito

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Grabado de Nicolás Javier Goríbar

Diseño de Nicolás Javier Goríbar grabado en 1718. Quito

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Pintura del Arcángel San Gabriel

Arcángel San Gabriel por Nicolás Javier Goríbar (Museo de San Francisco) Quito

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Pintura de El rey JosafatEl rey Josafat por Nicolás Javier Goríbar (Museo de Santo Domingo) Quito

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Pintura de El profeta Ageo

El profeta Ageo por Nicolás Javier Goríbar ( Iglesia de la Compañía) Quito

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 Pintura de La Inmaculada

La Inmaculada por Bernardo Rodríguez (Museo de San Francisco) Quito

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Pintura de San EloySan Eloy, patrono de los Plateros firmado por Bernardo Rodríguez (Colección de Víctor Mena) Quito

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Escena de Nazareth

Escena de nazareth por Manuel Samaniego (Museo nacional) Quito

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Pintura de la Divina Pastora

Divina Pastora por Manuel Samaniego (Colección Víctor Mena) Quito

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Pintura del Niño Jesús

Niño Jesús por Manuel Samaniego (Museo Jijón y Caamaño) Quito

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Pintura del Tránsito de la VirgenTránsito de la Virgen por Manuel Samaniego (Colección de Víctor Mena) Quito



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ArribaFolklore

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Danzas y disfraces

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Acuarela de un danzante de Latacunga

Danzante de Latacunga. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela de indígenas vestidos de ángeles

Indígenas vestidos de ángeles. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Fotografía de baile de indios de Otavalo

Baile de indios de Otavalo

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Acuarela del disfraz de indio Sacha-runa

Disfraz de indio Sacha-runa. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela representando a un Danzante de Ambato

Danzante de Ambato. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Fotografía de indios colorados y la marimba

Indios colorados y la marimba



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Costumbrismo religioso

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Acuarela de un disfraz de Semana Santa, Cucurucho

Disfraz de Semana Santa, Cucurucho. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela de un indio vestido de mono

Indio vestido de mono. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela representando la penitencia voluntaria de los indios de Latacunga en Semana Santa (Chacatashca)

Penitencia voluntaria de los indios de lacatunga en Semana Santa (Chacatashca). Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela de figura con turbante

Turbante. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela de Sahumeriante de Corpus

Sahumeriante de Corpus. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela de Vieja de inocentes

Vieja de inocentes. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Acuarela de Alcalde Pendonero

Alcalde Pendonero. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)



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Vestidos

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Acuarela representando Bolsicona, vestido típico de mestiza

Bolsicona. Vestido típico de mestiza. Acuarela de Joaquín Pinto (Colección de Eduardo Samaniego y Álvarez)

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Pintura con vestidos del siglo XVIII

Vestidos del siglo XVIII, en una Procesión de Nuestra Señora de Chiquinquirá