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ArribaAbajoCreación de la golondrina

En un día de sabat, que era el domingo de los judíos, fue el Niño Dios, que entonces era muy chiquito, con otros niños a jugar al campo cercano; cogieron barro blanco, y se pusieron a hacer pajaritas, con las alas abiertas, que ponían al sol para que se secasen.

Acertó a pasar por allí un pícaro fariseo, que conforme vio lo que hacían se enfadó, y les dijo que estaban pecando, pues en día de sabat no se podía hacer nada, y se acercó para con su gran pie pisar y aplastar las pajaritas; pero el Niño Dios dio una palmadita, y todas las pajaritas echaron a volar.

Entonces, en la casa en que vivía el Niño Dios y sus santos padres, pegadas al alero del tejado, cogiendo del mismo barro con el que ellas habían sido formadas, se pusieron a labrar sus nidos, y desde entonces han seguido labrándolos en pobres y humildes casas, a las que llevan paz y ventura.

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Cuando los malvados judíos llevaron a crucificar al Calvario a Cristo, nuestro bien, ellas, desconsoladas, le siguieron con las santas mujeres, afligidas y compadecidas cual ellas, y le sacaron las espinas de la corona que por cruel escarnio le habían puesto, y se clavaban en su sagrada frente. Cuando murió su y nuestro Creador vistieron luto, y se pusieron el manto negro que no se han quitado nunca.



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ArribaAbajoEjemplos

Al frente de una colección de «Ejemplos», que insertamos en un tomo de artículos religiosos que dimos a luz, pusimos esta advertencia:

«Un ejemplo no es un caso que ha sucedido, pero que se transmite de unos a otros desde muchísimos años, porque el espíritu que lo produjo y la enseñanza que contiene son profundamente religiosos; y como todo lo religioso se imprime, no sólo en la memoria, sino en el espíritu y el corazón, estos ejemplos, aunque son confiados en su mayor parte sólo a la tradición verbal, se conservan como las hermosas cristalizaciones que en pos de sí dejan las aguas vivas de un rico manantial».



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ArribaAbajo¡Señor, aquí está Juan!

Había un hombre buenísimo, pero muy desgraciado. Cuanto emprendía le salía mal, y mientras con más fervor le rogaba a Dios todos los días cuando iba a misa para el logro de sus peticiones, más adversa le era la fortuna. Su mujer, y después sus hijos, enfermaron; rogó al Señor con sumo fervor los sanara, y se murieron; tuvo un pleito, del que pendía toda su fortuna; pidió al Señor con angustia el ganarlo, y lo perdió. Pero lejos de agriarse ni que decayese su devoción, se dijo:

-Está visto que el Señor no quiere que yo le pida nada; cúmplase su santa voluntad; no volveré a pedirle nada de cosas terrenas.

Y así fue, porque siempre que acababa de oír misa, se postraba ante la imagen del Señor a adorarle, sin decir más que «¡Señor, aquí está Juan!». Así siguió mientras duró su santa y desgraciada vida, repitiendo todos los días, postrado ante el   —148→   altar: «¡Señor, aquí está Juan!». Murió tranquilamente, y al llegar su alma al cielo repitió su humilde jaculatoria: «¡Señor, aquí está Juan!». Y al momento las puertas se abrieron de par en par.



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ArribaAbajoAdán

Lloraba Adán con tal desconsuelo la muerte de Abel, que el Señor, compadecido, le dijo:

-Consuélate, Adán, pues serás la estirpe de numerosísimas generaciones; van a descorrer la cortina que a tus ojos humanos abre el porvenir, y a mostrartelo cual será andando el tiempo.

Entonces, desapareciendo el tiempo y las distancias. Adán, asombrado, percibió el orbe entero poblado de diversos pueblos y naciones. Mucho tiempo las estuvo observando, y después, volviéndose con aumentado desconsuelo al Señor, le dijo:

-¡Señor, Señor, dejadme llorar a Abel! ¡Todos son hijos de Caín!

Y era que a todas las naciones había visto en guerra unas con otras.



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ArribaAbajoJusticia de Dios y desengaños de España


[Preliminares]

Así como cuando la guerra de África incluimos en el «Cuadro» que sobre este asunto escribimos con el título de «Deudas pagadas», las canciones que componía el verdadero soldado español, que es el campesino, incluimos aquí este romance, compuesto e impreso por un soldado natural de Almonte, cuya Patrona es la reputada Virgen del Rocío. Ensancha el alma notar el entusiasmo y simpatía con que el pueblo sencillo acoge y lee estos versos, que serían burlados en una Academia; pero cuyo espíritu es el genuino del pueblo, que aún no está corrompido por los perversos o necios enemigos del catolicismo.




Primera parte

Salve en verso, compuesta por un soldado andaluz en las provincias del norte a Nuestra Señora del Rocío

    Dios te salve, bella aurora,
placer de los afligidos,
Madre de Dios verdadera,
Sacra Virgen del Rocío;
—152→
Dios, te salve, estrella clara,  5
luminante luz del día,
a quien le debo las gracias,
pues me ha salvado la vida.
Eres patrona de Almonte,
paloma y cándida flor,  10
siempre te tengo en memoria
el día que entro en acción;
en el triste campamento,
entre la nieve y el frío,
¡cuántas veces te he llamado  15
Virgen Santa del Rocío!
Vuelve a nosotros tus ojos,
viéndonos tan fatigados
frente de San Pedro Avanto,
Portugalete y Bilbao,  20
al silbido de las balas
y al ver tantos heridos,
dije, sacarme con bien,
Madre mía del Rocío.
Uno, por Dios, pide agua  25
y llevarme al hospital,
y otros dicen: compañeros,
acabarme de matar.
Revolcándose en su sangre
decían los pobrecitos,  30
dónde está mi padre y madre,
y también mis hermanitos.
Al cabo de algunos días,
al fin, ganamos la plaza,
que en la Reina de los cielos  35
teníamos la esperanza;
una salve te recé
en la acción de Somorrostro;
de lágrimas era un valle
lo que había entre nosotros.  40
—153→
Era el combate tan grande
que se formó una mañana,
que imploramos el auxilio
a la Virgen soberana.
Tal disparo de metralla  45
hizo nuestra artillería,
que ganamos la batalla
con la ayuda de María.
Eres la esperanza nuestra
del ejército español,  50
y por eso en las batallas
le ayuda Nuestro Señor.
En la Seo de Urgel,
viéndonos tan abatidos,
a ti todos suspiramos,  55
Virgen Santa del Rocío.
Los carlistas levantaron
bandera de parlamento,
les dijo Martínez Campos:
Entregaros vivos o muertos,  60
pero al fin os entregaréis
en cuanto el agua os corte,
porque traigo en mi defensa
a la Patrona de Almonte.
Tomamos la ciudadela  65
y el castillo en aquel día;
al momento dimos gracias
a nuestra Madre María.
He entrado en catorce acciones
con vuestra estampa en mi pecho;  70
las balas y proyectiles
no le han tocado a mi cuerpo.
Eres abogada nuestra,
dulcísima medianera,
te suplico se concluya  75
esta guerra carnicera;
—154→
por las gotitas de sangre
que derramó Jesucristo,
y también por tanta madre
que llora por sus hijitos;  80
nunca olvides, Madre mía,
al pobrecito soldado,
que bastantes fatiguitas
y trabajo hemos pasado.
Cúbrenos con vuestro manto,  85
María, llena de gracia,
que yo y mis compañeritos
volvamos a nuestras casas.
Ruego por el simpecado
de la Hermandad de la Palma,  90
que no muera yo sin ver
a mi madre de mi alma.
Y por aquel simpecado
de la Hermandad de Triana,
que vea a mi padre y madre,  95
a mis hermanos y hermanas;
tina misita te ofrezco
y dos velas encendidas.
Soy bautizado en Almonte,
es mi nombre Manuel Díaz.  100
¡Oh, Madre piadosa,
Virgen del Rocío,
mándanos las lluvias
que estamos perdidos!
—155→


Segunda parte

   Españoles, abrir los ojos,  105
vivir con mucho cuidado,
al cabo de siete años,
¡cuánto, cuánto hemos pasado!
La guerra nunca se acaba,
el hambre y la carestía,  110
desgracias y mortandades
aumentando cada día.
La flor de la juventud
toda se la están llevando
padres, madres y hermanitos  115
cuántos tenemos llorando.
Causa lástima y dolor
tanta plaza ametrallada.
Los comerciantes perdidos,
los artes paralizados,  120
los pobres trabajadores
cayéndose desmayados.
Castigando está a España
el alto Dios soberano,
pues andamos peleando  125
primos, parientes y hermanos.
No creer en Dios,
ni conocer los castigos,
el lector perdonará
si le ofendo en lo que digo.  130
Tres años de sequedades
llevamos a la presente,
y si no continúa el agua,
padecerá mucha gente.
—156→
Tanto lujo y vanidad,  135
toros, comedias, funciones,
Dios quiera no llegue el día
que no tengamos camisa;
las cosechas son escasas,
muchas las calamidades.  140
Dios nos mire con piedad
si siguen las sequedades.
La Divina Majestad
se encuentra muy ofendido,
y es la causa que se ve  145
el mundo muy pervertido.
Tenemos las criaturas
hoy un hablar tan grosero,
siempre tenemos a Dios
rodando por ese suelo.  150
Si tenemos un disgusto
o alguna desesperación,
lo primero que ultrajamos
el santo nombre de Dios.
Un hablar tan deshonesto  155
tenemos en este siglo,
hombres, mujeres y niños,
que da vergüenza el oírlo.
Si un hombre ofende a un niño,
aunque pueda ser su abuelo,  160
la Divina Majestad
rodando por esos suelos.
Ya no se usa oír misa,
ni confesar, ni casarse;
lo que se usa es el lujo  165
para salir a pasearse.
Hijos del tiempo enviciados,
sin rienda ni sujeción,
sin obediencia a los padres,
sin tener amor a Dios.  170
—157→
Los niños se están criando
que algunos pueden casarse
sin saberse la doctrina
ni tampoco persignarse.
    Poca educación dará  175
el que no tenga ninguna,
así creerá que Dios
es el sol o es la luna.
    Algunos hombres no creen
de que hay Dios en el cielo;  180
entonces, ¿a qué lo ultrajan
para que ruede en el suelo?
No debía de ser cristiano
aquel que no cree en Dios,
ni tener el santo Bautismo  185
porque no es merecedor.
Mira al moro siendo infiel,
cuál entra con atención
descalzo por su mezquita
y adora a su zancarrón.  190
El cristiano es al contrario,
te digo, lector amigo,
por eso Nuestro Señor
nos manda tantos castigos.
Con que, amigos, a la enmienda,  195
fe, esperanza y caridad,
y se acabará la guerra,
el hambre y la sequedad.







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ArribaAbajoAdivinas infantiles


ArribaAbajoAdvertencia

En estas adivinas infantiles no se espere, ni la exactitud ni lo correcto en la composición, ni aun lo ingenioso del pensamiento (aunque en varias de ellas se encuentran estas tres circunstancias). Para nosotros estriba su mérito en el monísimo modo de calificar y nombrar las cosas con palabras y clasificaciones que inventan, en las que no deja de haber ingenio y poesía. Su misma incorrección es una prueba, la más evidente, de que son compuestas por ellos. Hay cosas que, analizadas, son disparates y sentidas gracias; cosas a cuyo encuentro va la simpatía; cosas que son nimias y pueriles, que si no lo fuesen, dejarían de ser infantiles.

El Recolector.

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ArribaAbajoAdivinas infantiles




1


Un platito de avellanas,
que de día se recoge y de noche se derrama.




2


    Siete pájaros en una azotea,
matando tres, ¿cuántos quedan?




3


   Tamaño como un redondel
y nadie se puede sentar en él.




4


    Un cántaro lleno,
¿de qué pesa menos?




5


    Muchas damas en un corral,
todas lloran a la par.




6


    Una señora con muchas basquiñas
y que se pone la peor encima.




7


   Tamaño como una nuez,
sube al monte y no tiene pies.




8


    Tamaño como un camino,
y hoza como un cochino.




9


    Muchos soldados en fila,
y todos hablan por la barriga.




10


    Campo blanco, flores negras,
un arado y cinco yeguas.

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11


   Fui al monte, pude cortar
y no pude rajar.




12


   Un cuartito lleno de cepas,
ni están verdes, ni están secas.




13


    Un callejón muy oscurito, muy oscurazo,
que tiene la muerte en brazos.




14


   Tamaño como una hogaza
y chilla en casa.




15


    ¿Qué casa es cosa
que entra en el río y no se moja?




16


   ¿Tamaño como un ratón
y gasta su ceñidor?




17


    ¿Tamaño como un pilar,
come carne y no come pan




18


    Adivina, adivinanza,
¿cuál es el ave que no tiene panza?




19


    Envuelto siempre en un cobertor,
que haga frío, que haga calor.




20


   Cae de un tajo y no se mata,
cae en el río y se desbarata.




21


   ¿Cuál es el bicho curioso
que no tiene párpados en los ojos?




22


   Un galán yo conocía,
que daba y nada tenía.




23


   Un barquichuelo mal formado,
siempre que sale trae pescado.




24


   ¿Qué cosa es
que mientras más grande, menos se ve?




25


   Dos hermanos son,
uno va a misa y el otro no.

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26


   Dos compañeras, van a compás,
con los pies delante y los ojos detrás.




27


    Un barrilito de pon pon,
que no tiene agujero ni tapón.




28


   Antes que nazca la madre,
anda el hijo por la calle.




29


    Vela, vela, vela.
la camisa por dentro, la carne por fuera.




30


   Tamaño como una almendra,
y toda la casa llena.




31


    ¿Largo y rayado?
Ganso, el tejado.




32


   Más alto que un pino,
y pesa menos que un comino.




33


    Una vieja muy arrugadita,
en la mano una tranquita.




34


   Taleguita remendada,
y sin ninguna puntada.




35


   Una arquita blanca como la cal,
que todos saben abrir y nadie cerrar.




36


   Tamaño como un pepino,
y tiene barbas como un capuchino.




37


    Pecoso de viruelas es el zagal,
y trepa en lo más alto para ayudar.




38


   ¿Qué es, di,
que nace en el suelo, y tiene nariz?




39


   Tengo lo que Dios no tiene,
veo lo que Dios no ve;
¿qué es?




40


   Alto vive y alto mora,
en él se cree, mas no se adora.

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41


   Dos madres y tres hijas,
van con tres mantos a misa.




42


   Negro negrete,
tiene cuatro pies como un banquete.




43


   Tamaño como un ochavo pichilín,
y tiene un agujero en un cuadril.




44


    Tamaño como un ochavo,
y gasta calzones de paño.




45


    ¿Dónde pondrás una redoma,
que no le dé el sol ni la sombra?




46


   Si la tienes, la buscas; si no la tienes
ni la buscas ni la quieres.




47


   Pan grande como una bellota,
y toda la casa trota.




48


   Tamaño como una cazuela,
tiene alas y no vuela.




49


   Blanco como el papel,
colorado y no es clavel,
pica y pimienta no es.




50


   Tamaño como una arista,
y hace al Rey que se vista.




51


   Cien gallegos van por agua,
uno tras otro, y no se alcanzan.




52


   En alto vive, en alto mora,
en alto teje, la tejedora.




53


   Las tocas de doña Leonor,
a los montes cubren y a los ríos no.




54


   Cuatro somos, y uno soy,
y de aquí allá me voy.




55


   ¿Qué es lo que se dice,
una vez en un minuto y dos en un momento?

  —165→  


56


   Pozo hondo, soga larga,
y como no se doble no alcanza.




57


   Mientras más cerca, más lejos;
mientras más lejos, más cerca.




58


   Una plaza, una plazoleta,
cuatro esquinas y una aguileta.




59


   Para los niños, espinas;
para los hombres, flores;
para los maestros, fruta.




60


   Verde en el campo, blanco en la plaza,
y reculea en casa.




61


   Muchas damas en un castillo,
todas visten de amarillo.




62


   Dos hermanas, mentira no es,
la una es mi tía, la otra no lo es.




63


   Adivina, adivina,
¿cuál es el bicho sin hueso ni espina?




64


   Una dama muy hermosa,
con un vestido de oro,
siempre volviendo la cara,
ya de un lado ya de otro.




65


   En el cielo soy de agua,
en la tierra soy de polvo,
en las iglesias de humo,
y una telita en los ojos.




66


   Verde me crié,
rubio me cortaron,
prieto me molieron,
blanco me amasaron.




67


   Soy rey que impero en toda nación,
tengo doce hijos de mi corazón,
de cada uno treinta nietos,
que son mitad blancos y son mitad prietos.

  —166→  


68


    Dos ciris ciris,
dos miras miras,
dos vayas vayas,
cuatro andaderas.
y una zurriaga.




69


   Redonda soy como el mundo;
sin mí no puede haber Dios,
Papa y Cardenales, sí;
pero Pontífices, no.




70


    Un rey le pidió a un criado
lo que en el mundo no había,
y el criado se lo dio,
y él tampoco lo tenía.




71


   Entre dos paredes blancas
hay una flor amarilla,
que se puede presentar
al mismo Rey de Castilla.




72


   Símil y serva
cantaba la perra,
un arbolito de esta manera,
con muchas frutitas
amarillas por dentro,
amarillas por fuera.




73


   En el campo me crié,
sin ser hombre ni mancebo;
me hacen pasar los martirios
de Bartolomé y Lorenzo.




74


    Estaba dos pies comiéndose un pie,
vino cuatro pies y se llevó el pie;
dos pies le tiró tres pies,
y cuatro pies saltó el pie.




75


   Salí al campo por ver si me divertía,
vi una casa muy bien construida,
—167→
arrimeme a ella a ver quién había,
vi un alcalde muy serio y pausado,
que primero muere que dejar su estado.




76


   Uno larguito,
dos más bajitos,
otro chico y flaco,
y otro gordonazo.




77


    Soy la redondez del mundo,
de esperanza estoy vestida,
y no hay noche para mí,
porque conmigo está el día.




78


   Cuatro andantes,
cuatro mamantes,
un quita moscas
y dos apuntantes.




79


    Redondo soy, como el mundo,
pero mucho más pequeño;
soy de Ronda natural,
que sepas mi nombre «espero».




80


   Ana me llaman por nombre,
y por apellido Fe;
aquel que esto no acertase
es un borriquito en pie.




81


    Alto altero, gran caballero,
gorro de grana,
capa dorada
y espuela de acero.




82


    Una vieja jorobada
tuvo un hijo enredador,
unas hijas muy hermosas
y un nieto predicador.




83


   ¿Cuál es aquel pobrecito,
siempre andando,
—168→
siempre andando,
y no sale de su sitio?




84


   Una vieja mató a un pollo
martes de Carnestolendas,
y se lo comió un domingo,
antes de entrar la Cuaresma,




85


   Grande, muy grande,
mayor que la Tierra.
arde y no se quema,
quema y no es candela.




86


   Dos torres altas,
dos miradores,
un quita moscas
y cuatro andadores.




87


   Me pongo la capa para bailar,
me quito la capa para bailar;
yo no puedo bailar sin la capa,
y con capa no puedo bailar.




88


   Muchas lamparitas
muy bien colgaditas,
siempre encandiladas,
y nadie las atiza.




89


   El ave de cocornico
tiene alas, patas y pico,
y la madre de cocornico
no tiene alas, ni patas, ni pico.




90


   Con mi cara encarnada
y mi ojo negro,
y mi vestido verde,
el campo alegro.




91


    Una torre abovedada,
sin ventana ni postigo,
si no me lo aciertas
no te lo digo.

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92


   Campo blanco,
semilla negra,
dos que la ven,
uno que la siembra.




93


   Un quintín,
dos quintales,
un garavín
y dos garavales.




94


   Señores, de Francia vengo,
que mi padre es cantador,
traigo los hábitos blancos
y amarillo el corazón.




95


   Iglesia chiquita,
gente menudita,
sacristán de palo,
¿a que no me lo aciertas en un año?




96


   En alto me veo,
moros veo venir
y no puedo huir.




97


   La madre es buena,
el hijo no;
el hijo vuela,
la madre no.




98


   Es tan grande mi fortuna,
que estreno todos los años
un vestido sin costura
de colores salpicado.




99


   Verde en el campo,
negro en la plaza
y colorado en casa,




100


   Largo larguero
Martín Caballero,
—170→
calzas coloradas
y penacho negro.




101


   «Ave» tengo yo por nombre,
y es «llana» mi condición;
el que no me lo acertase,
le digo que es un simplón.




102


   Alto altanero,
gran caballero,
gorro de grana,
capa dorada.




103


   Cuatro losas,
cuatro pelosas,
dos esparavanes
y un oseador de moscas.




104


    Altos padres,
chicas madres,
hijos prietos
y blancos nietos.




105


   Hablo y no pienso,
lloro y no siento,
río sin razón
y miento sin intención.




106


    Arca chiquita, de buen parecer,
ningún carpintero la ha podido hacer,
sino Dios con su poder.




107


   El boticario y su hija,
el médico y su mujer,
se comieron nueve huevos,
les tocaron a tres.




108


   Un huevecito prieto,
con su huevero,
y que tiene muy alto
el ponedero.
—171→




109


   Un convento muy cerrado,
sin campanas y sin torres,
con muchas monjitas dentro
haciendo dulce de flores.




110


   Una arquita muy chiquita,
y blanca como la cal,
que todos saben abrir,
pero ninguno cerrar.




111


   De siete hermanas que somos,
yo la primera nací,
y la más pequeña soy.
¿Cómo podrá ser así?




112


   Veinte patos caminaban,
todos al mismo compás,
y los veinte caminaban
con una pata no más.




113


   Cuatro caballitos,
que todos danzan,
y por más que corren,
nunca se alcanzan.




114


   Cincuenta damas,
cinco galanes;
ellos piden pan,
ellas piden ave.




115


   Una torre muy alta, muy alta,
a la que la cal y el canto le falta;
tiene bóvedas más de un ciento,
y la lleva y la trae el viento.




116


   Entre sábanas de holán
y cortinas de marfil,
parió la reina un infante
más verde que el perejil.

  —172→  


117


   Grande cuando niña,
grande cuando vieja
y chica en la edad media.




118


   Es tanto mi poderío,
que si mil hijos tuviera,
a cada cual su corona
le pondría en la cabeza.




119


    Aliqué, aliqué, aliqué,
que no tiene alas, ni pico, ni pies;
y su hijo el aliconcillo,
tiene alas, patas y piquillo.




120


   Pingue, pingue, está pingando;
mango, mango, lo está mirando;
si pingue, pingue, cayera,
mango, mango, lo cogiera.




121


   Tiene la cara de oso,
tiene cabeza de vaca,
tiene dientes en las patas,
y nace en un calabozo.




122


   Más de cien damas hermosas
vi en un instante nacer,
encendidas como rosas,
y en seguida fenecer.




123


   En un huerto no muy llano
hay dos cristalinas fuentes;
no está a gusto el hortelano
cuando crecen las corrientes.




124


   ¿Quién fue el que nunca pecó,
ni jamás pudo pecar,
y que se vino a encontrar
en la Pasión del Señor,
y no se pudo salvar?

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125


   Nací como clavellina,
me crié como redoma;
de los huesos de mi cuerpo
todo el mundo se enamora.




126


   Yo sé de una campanilla
que tan de quedito toca,
que no la pueden oír
no más que las mariposas.




127


   Unas regaderas
más grandes que el Sol,
con que riega el campo
Dios Nuestro Señor.




128


   Cuatro caballitos
van para Francia,
por mucho que corran,
nunca se alcanzan.




129


   Blanca como la paloma,
negra como la pez,
nabla y no tiene lengua,
anda y no tiene pies.




130


    Desde que nací soy viuda,
y lo más extraño ha sido
que nunca me vi casada,
ni he conocido marido.




131


   Soy un señor encumbrado,
ando mejor que el reloj,
me levanto muy temprano
y me acuesto a la oración.




132


   Mandome Dios que volase,
y obedecile veloz,
y así, por doquier que pase,
canta sus glorias mi voz.

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133


   Verde fue mi nacimiento,
encarnado mi vivir,
y negra me fui poniendo,
cuando me quise morir.




134


    Crió Dios dos avecitas
en el vivir tan conformes,
que la que come no bebe,
y la que bebe no come.




135


    Un gatillo vi que hacía,
no es mentira ni lo invento,
con una piedra en la boca
un relámpago y un trueno.




136


   Una cosa que tiene ojos de gato,
orejas de gato, patas de gato,
rabo de gato, y no es gato.




137


   Ayer vinieron,
hoy han venido.
vendrán mañana
con mucho ruido.




138


   ¿Qué es lo que se dice una vez en un
minuto y dos en un segundo?




139


   Doña Ursula de Mendriola
está en su cuarto, triste y sola;
«la», cátala, «la», mírala,
«la», escúchala.




140


   Entre los ciento cincuenta
hay una tela estirada,
no es de hilo, ni de seda,
ni tejida, ni labrada.




141


   Entre unas paredes blancas
hay una rosa amarilla,
que se puede presentar
al mismo Rey de Castilla.

  —175→  


142


    Entre pared y pared
hay una santa mujer,
que con el diente
llama a la gente.




143


   En el campo se crió,
verde como la esperanza,
de los hombres es amigo,
y a las mujeres espanta.




144


   Alto y más alto,
redondo como un plato,
negro como la pez,
¿a que no me lo aciertas en un mes?




145


   Una cajita redonda.
blanca como el azahar,
se abre muy fácilmente,
y no se puede cerrar.




146


    Vueltas y vueltas
doy sin cansarme;
mas si no bebo
paro al instante.




147


   Largo, largo,
como un budillo,
redondo, redondo,
como un ovillo.




148


   Vestida nací,
por más gentileza,
cortáronme gentes
mi pobre cabeza;
ando por el mundo, gimiendo y llorando,
y con lágrimas negras voy hablando.




149


   Una vieja va por brevas,
y las coge sin mirar,
—176→
blandas, duras, chicas, grandes,
y de Dios viene «enviá».




150


   Estando quieto en mi casa,
me vinieron a prender;
mi casa se salió por las ventanas,
y yo preso me quedé.




151


   En Granada hay un convento,
y más de mil monjas dentro,
con hábito colorado;
cien me como de un bocado.




152


   ¿Quién será la desvelada,
lo puedes tú discurrir,
de día y noche acostada,
sin poder nunca dormir?




153


   Incapaz soy de llorar,
doy amparo al peregrino,
por mis ojos de contino
lágrimas corren al mar.




154


   Fui al campo, y corté un palo
que no tenía ni un geme de largo;
hice dos mesas, dos artesas
y un canastito para coger cerezas.




155


   Delante de Dios estoy,
entre cadenas metida;
ya me suben, ya me bajan,
ya estoy muerta, ya estoy viva.




156


   Millares de hermanos,
rubios, como yo,
le damos la vida
al que nos tiró.




157


   Grandes patazas,
chicas manitas,
—177→
lindos colores
en mis alitas;
salto, y no
sé dónde caeré.




158


   Dábale «arroz» a la «zorra»
Juanilla;
empiezo por «a» y acabo con «z»,
y no soy cartilla.




159


    Tiene cuatro pies, y no es banco;
tiene golilla, y no es escribano;
toca el clarín, y no es clarinero;
hace albóndigas, y no es cocinero.




160


   ¿Qué hora es en que rezamos,
se oculta el Sol detrás de los oteros,
y se entristecen los amos,
y se alegran les jornaleros?




161


   Una torre muy alta, muy alta,
que cal y canto le falta,
tiene bóvedas más de un ciento,
y la lleva y trae el viento.




162


   Guardada en estrecha cárcel
por soldados de marfil,
está una roja culebra
que es la madre del mentir.




163


   Yo estoy hecho mil pedazos,
tengo una mano y un brazo
en la mitad de mi cuerpo.




164


   Dos hermanitos
muy igualitos,
en llegando a viejecitos
abren los ojitos.




165


   Cien redonditas
en un redondón,
—178→
un mete y un saca,
un quita y un pon.




166


   En aquel rinconcito
hay un viejecito,
sacándose la tripita
poquito a poquito.




167


   Madre me labró una casa
sin puertas y sin ventanas,
y cuando quiero salir
rompo antes la muralla.




168


   Soy chiquita, soy medrosa,
y tengo miedo del Bu;
así, apenas anochece,
cuando me enciendo mi luz.




169


   Una dama hermosa
corre su fortuna,
corta sin tijeras,
cose sin agujas.




170


   Cien murciélagos y un gorrión,
¿cuántas patas y picos son?




171


   Tamaño como una jaula,
y cabe en él una dama.




172


   De día, morcilla;
de noche, tripilla.




173


   Fui al campo,
sembré tablitas, tablotas;
me nacieron guititas,
de las guititas me salieron pelotas.




174


   Por el aire va volando,
sin plumas ni corazón,
al vivo le da sustento,
y al muerto consolación.

  —179→  


175


   Tamaño como un pepino,
y va dando voces por el camino.




176


   Dos arquitas de cristal,
que abren y cierran sin rechinar.




177


   Tamaño como un queso,
y tiene media vara de pescuezo.




178


   Cuando baja ríe,
cuando sube llora.




179


   ¿Me adivinas, por fortuna,
cuál es el ave que no tiene pluma?




180


   Estudiante de letra menuda,
¿cuál es el ave que vuela sin plumas?




181


   Negro como un curita,
y no se cansa de hacer bolitas.




182


    Tamaño como una taza,
y tiene su cabellera en la panza.




183


   Cuando calor tengo, «frío»,
y no «frío» sin calor.




184


   Pico de cuerno,
ala de ave,
la rodilla para atrás,
y anda adelante.




185


   Una iglesia blanca,
sin puerta y sin tranca,
no entra en ella luz alguna,
ni de vela, ni de sol, ni de luna.




186


   Capilla sobre capilla,
capilla del mismo paño;
como yo no te lo diga,
no lo aciertas en el año.

  —180→  


187


    Vuela sin alas,
silva sin boca,
azota sin manos,
y tú ni lo ves ni lo tocas.




188


   María Penacho
tuvo un muchacho,
ni muerto, ni vivo,
ni hembra, ni macho.




189


   Yo he visto a una pastora,
pelada, muda, pancicuda,
que tenía unos hijos
pelados, mudos, pancicudos.




190


   Verde fue mi nacimiento,
y yo blanca me volví;
las cinco llagas de Cristo
se representan en mí.




191


   Hay en una plaza nueva
un monte, y en él dos cuevas;
más abajo un hondo pozo,
que tiene su brocal rojo;
altas ventanas iguales;
en ellas dos niñas cucas,
que por entre sus cristales
todo lo ven y todo lo cucan.




192


   Largas varetas,
ni verdes, ni secas,
ni con agua regadas,
ni en tierra sembradas.




193


   Una copa redonda y negra;
boca arriba está vacía,
y boca abajo está llena.




194


   En alto se sube, y no a predicar;
todos le piden, y a todos la da.

  —181→  


195


   Follisquillo estaba buscando,
Rabolargo lo estaba mirando;
si no hubiera sido por el agujerillo,
¡qué hubiera sido del pobre Follisquillo!




196


    Tiene hojas, y no es nogal,
tiene pellejo, y no es animal.




197


    Mi comadre la negrilla
va camino de Sevilla
en un borrico de tres pies.
Aciértame lo que es.




198


   El pajarillo chuchurumbete
tiene cuatro patas y no es banquete,
husma y no es podenco,
hace tinajas, y no es tinajero.
Aciértamelo, compañero.




199


   Una colcha muy remendada,
y no tiene una puntada.




200


   El mismo camino andamos,
ni nos vemos, ni nos encontramos.



  —[182]→     —183→  

ArribaAbajoSolución a las adivinanzas infantiles

1. Las estrellas.

2. Los tres muertos.

3. El brocal del pozo.

4. De agujeros.

5. Las tejas.

6. La cebolla.

7. El caracol.

8. El río.

9. Los botes de la botica.

10. Lo escrito.

11. Los cabellos.

12. La boca y los dientes.

13. La escopeta.

14. El carrillo.

15. Los rayos del sol.

16. Los revoltillos.

17. La caja de muerto.

18. El Ave-María.

19. El carnero.

20. El papel.

21. El cigarrón.

22. El reloj que da los cuartos de hora.

23. El féretro.

24. La oscuridad.

25. Vino y vinagre.

26. Las tijeras.

27. El huevo.

28. El humo.

29. La vela.

30. La luz.

  —184→  

31. El tejado.

32. El humo.

33. La pasa.

34. La piña.

35. El huevo.

36. La mazorca.

37. El dedal.

38. El garbanzo.

39. Hermanos.

40. El reloj de torre.

41. La madre, la hija y la nieta.

42. El escarabajo.

43. El altramuz.

44. El botón.

45. A la luna.

46. La pulga.

47. La luz.

48. El sombrero.

49. El rábano.

50. La aguja.

51. Los cangilones de la noria.

52. La araña.

53. La nieve.

54. El bonete.

55. La m.

56. La boca y el brazo.

57. La cerca.

58. El velón.

59. Las letras.

60. La escoba.

61. Las naranjas.

62. Es su madre.

63. La sanguijuela.

64. La luna.

65. La nube.

66. El trigo.

67. El año.

68. El buey.

69. La letra o.

70. Bautismo.

71. El huevo.

72. El ciruelo.

73. El pimiento.

74. Un hombre que comía un pie de puerco y el perro.

  —185→  

75. El caracol.

76. Las dedos.

77. Sandía.

78. La vaca.

79. El pero.

80. El anafe.

81. El gallo.

82. La parra, el sarmiento y la uva.

83. El reloj de pared.

84. Se la comió domingo.

85. El sol.

86. El toro.

87. El trompo.

88. Las estrellas.

89. El haba y el coco.

90. La amapola.

91. La caña.

92. Lo escrito.

93. El peso.

94. El huevo.

95. El pimiento.

96. El reloj de torre.

97. El coco y el haba.

98. La culebra.

99. El carbón.

100. El fuego, la llama y el humo.

101. Avellana.

102. El gallo.

103. El buey.

104. Pinos, piñas y piñones.

105. El loro.

106. La nuez.

107. La hija del boticario era mujer del médico.

108. La bellota.

109. La colmena.

110. El huevo.

111. La cuaresma.

112. Veinte machos con una hembra.

113. La devanadera.

114. El Rosario.

115. Las cañas.

116. La cebolla.

117. La sombra.

118. El granado.

  —186→  

119. El haba y el coco.

120. La morcilla y el gato.

121. El grillo.

122. Las chispas.

123. Los ojos y el llanto.

124. El gallo.

125. La granada.

126. La flor campanilla.

127. Las nubes.

128. La devanadera.

129. La carta.

130. La flor viudita.

131. El sol.

132. El viento.

133. La mora.

134. El mosquito y el coco.

135. El gatillo de la escopeta.

136. La gata.

137. Las olas del mar.

138. La luna.

139. La lengua. (Se pronuncia haciendo un chasquido).

140. La tela de la granada.

141. El huevo.

142. La campana.

143. Lagarto.

144. El sombrero.

145. El huevo.

146. El molino.

147. El pozo.

148. La pluma.

149. La muerte.

150. El pescado cogido en las redes.

151. La granada.

152. La estera.

153. El puente.

154. La bellota.

155. La lámpara.

156. El trigo.

157. El cigarrón.

158. Arroz.

159. El escarabajo pelotero.

160. La oración.

161. La caña.

162. La lengua.

  —187→  

163. El reloj.

164. Los zapatos.

165. El pan y el horno.

166. El candil.

167. El pollo.

168. La luciérnaga.

169. La lancha.

170. Dos patas y un pico.

171. El pollero.

172. La media.

173. Sandías.

174. La abeja.

175. El cencerro.

176. Los ojos.

177 La sartén.

178. El carrillo.

179. El Ave-María.

180. Murciélago.

181. Escarabajo.

182. Cebolla gallega.

183. La sartén.

184. La gallina.

185. El huevo.

186. La cebolla.

187. El viento.

188. El huevo.

189. La culebra.

190. La flor de la jara.

191. La cara, nariz, boca y ojos.

192. Los rayos del sol.

193. El sombrero.

194. El carnicero.

195. El ratón y el gato.

196. El libro.

197. Las trévedes.

198. El escarabajo.

199. El cielo nublado.

200. Los zarcillos.





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