Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice
Abajo

Poderes extraordinarios asumidos por el Libertador y decisiones sobre el Gobierno de Venezuela de 1813 y 1814

Simón Bolívar






ArribaAbajo1. Instrucciones de Bolívar dadas al Dr. Cristóbal Mendoza para encargarse del Gobierno de Mérida, fechadas en Cúcuta el 28 de abril de 1813

Copia de las instrucciones que se dieron al ciudadano Cristóbal Mendoza, para que pasase a encargarse del Gobierno de Mérida.

El ciudadano Cristóbal Mendoza, miembro que fue del Poder Ejecutivo Federal de Venezuela, está encargado de pasar inmediatamente a la ciudad de Mérida a cumplimentar a la Municipalidad por su lealtad y esfuerzos patrióticos por el anterior sistema de gobierno independiente.

De manos del mismo cuerpo municipal recibirá la autoridad suprema, para regir y gobernar los pueblos de aquella provincia en nombre de la República de Venezuela, ínterin determina el Congreso de la Nueva Granada lo que tenga a bien acordar sobre la naturaleza y forma de gobierno bajo la cual deberán administrarse los países reconquistados.

El principal objeto de esta comisión se dirige a restablecer el antiguo orden de cosas en la ciudad de Mérida y sus dependencias, para cuyo fin adoptará el título de Gobernador de la Provincia, al cual le corresponderán las atribuciones de que estaba revestido el Poder Ejecutivo del Estado.

Por esta declaración queda determinada la extensión de sus facultades y deberes, teniendo por autoridad soberana la del Supremo Congreso de la Nueva Granada, entretanto que se restablece el Gobierno de la República de Venezuela.

Será un encargo especial del Gobernador de la Provincia el promover y fomentar las insurrecciones en los países subyugados por el Gobierno español; y para este efecto empleará los medios más eficaces, entre los cuales tendrá el primer lugar la recolección de armas, gente y dinero, que serán empleados en la defensa y propagación de la libertad.

Hallándose la República en una completa disolución, el Gobernador de la Provincia está plenamente autorizado para obrar conforme a las circunstancias, sin ceñirse a la letra de las leyes y constituciones, teniendo por único principio y regla de conducta que la salud del pueblo es la Suprema Ley.

El Gobernador de la Provincia se entenderá con el General en Jefe del Ejército directamente en todo lo relativo a la guerra y sus elementos, teniendo en esta parte las órdenes de éste como dimanadas de la autoridad soberana, a menos que el Soberano Congreso determine otra cosa.

Cuartel General de Cúcuta, abril 28 de 1813.-3.º

Simón Bolívar

Es copia.-San José [de Cúcuta], abril 30 de 1813.-3.º

Briceño Méndez, Secretario




ArribaAbajo 2. Oficio de Bolívar, dirigido al Presidente encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, fechado en Cúcuta a 30 de abril de 1813: recomienda la persona del Dr. Cristóbal Mendoza para Gobernador de Mérida y se refiere a las instrucciones que le ha dado

Excmo. Señor Presidente,

Encargado del Poder Ejecutivo de la Unión.

Excmo. Señor:

Tengo el honor de dirigir a V. E. las instrucciones que he dado al ciudadano Cristóbal Mendoza, que ha marchado ya a tomar posesión del Gobierno de la Provincia de Mérida, bajo la protección del Congreso de la Nueva Granada, y a nombre de la República de Venezuela, con las facultades y restricciones que correspondían al antiguo Poder Ejecutivo Provincial de aquel Estado.

No sé si el término medio que he adoptado y las atribuciones de que me he revestido al Gobernador de Mérida, tienen la fortuna de obtener la aprobación de V. E., como lo deseo sinceramente; pero en el caso contrario, que sin duda me será muy sensible, nos queda siempre el recurso de tomar la forma que V. E. quiera darle a nuestro Gobierno provisorio, sin que por mi parte haya la menor repugnancia en someterme ciegamente a las sabias determinaciones de V. E. y del Soberano Congreso de la Nueva Granada, al cual debemos nuestra renaciente libertad, y deberemos en lo sucesivo cuantos bienes quiera concedernos la fortuna.

Este modelo de Gobierno me parece, si no me engaña el amor propio, muy adecuado para conciliar la naturaleza del anterior Gobierno Federal de Venezuela, con el sometimiento que es debido y conveniente al de la Nueva Granada y a sus jefes militares, para de este modo lograr que los pueblos conciban la esperanza de ver restablecer su deseado Gobierno Federal y al cual tienen una firme adhesión, sin las trabas y embarazos que podrían producirnos unas autoridades independientes que no reconociesen un centro y se opusiesen quizá algunas veces, o retardasen por lo menos, las operaciones militares, a cuyos jefes no estuviesen subordinadas.

V. E. rectificará, con su madurez y tino, las faltas que se noten en las mencionadas instrucciones, que pueden admitir algunas restricciones o amplificaciones, como V. E. tenga a bien.

Tengo el honor de presentar a V. E. mis humildes respetos.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Cuartel General de San José de Cúcuta, abril 30 de 1813.-3.º




ArribaAbajo3. Discurso de Bolívar dirigido a los ciudadanos y magistrados de la ciudad de Barinas el 13 de julio de 1813, sobre el régimen político instaurado en la liberada Provincia de Barinas

Ciudadanos y Magistrados de la ciudad de Barinas:

Los tiranos que invadieron la Confederación de Venezuela han sido expulsados de esta provincia que ellos oprimían con la mayor crueldad; a pesar de sus esfuerzos por prolongar su despótico dominio, nuestras armas los han vencido, y ya gozáis de vuestra antigua libertad.

El Soberano Congreso de la Nueva Granada, animado de los sublimes sentimientos que lo caracterizan, ha enviado su valeroso ejército a destruir el intruso Gobierno español, y a restablecer la República de Venezuela sobre las mismas bases en que existía antes de la irrupción de los bandidos.

Las miras del Gobierno de la Nueva Granada no son otras que las que veréis por las sabias instrucciones que me ha dado, y tengo el honor de presentaros para vuestra inteligencia y satisfacción. En consecuencia de las disposiciones del Congreso se repone el Poder Ejecutivo provincial en el ciudadano Manuel Antonio Pulido que ejercía estas funciones al tiempo de la disolución de la República. Este Magistrado se halla suficientemente autorizado para organizar el Gobierno político y civil del modo más conveniente a la naturaleza de las cosas en el día, ínterin se liberta la capital de Venezuela, y se restablece con solidez y legalidad el Gobierno que debe regir las Provincias Unidas de nuestra Confederación.

El Intendente de la Provincia, Nicolás Pulido, queda repuesto en su empleo y está especialmente encargado de la Administración de Rentas Nacionales, y colección de préstamos forzados, y donativos voluntarios, pero en todo subordinado al Gobernador del Estado en quien reside la suprema autoridad de la provincia.

El Coronel ciudadano Pedro Briceño, antes Comandante General, vuelve a ejercer sus facultades militares, sin otra dependencia en el ramo de Guerra, que del Gobierno Federal, y a falta de éste, del General en Jefe de las tropas de Venezuela.

El Comandante General es nombrado Gobernador interino del Estado, mientras llega a esta capital el propietario ciudadano Manuel Antonio Pulido.

Los bienes confiscados a los enemigos deben ser administrados provisoriamente por la comisión de secuestros, compuesta de los ciudadanos Luis Báez e Ignacio Requena, dependiente del Gobierno de esta Provincia, cuyas órdenes deberá ejecutar fielmente.

En cuanto al gobierno de la Iglesia, no habrá otro Jefe en ella, en tanto que las circunstancias no varíen, que el ciudadano Presbítero Ramón Ignacio Méndez.

Dejando así distribuidos los Departamentos de Estado, Hacienda, Guerra y de la Iglesia, en sujetos del más alto carácter, virtudes políticas y acendrado patriotismo, tengo la honra de ofreceros mis servicios y suplicaros os sirváis cooperar en cuanto esté al alcance de vuestras facultades a la redención del resto de la Provincia de Caracas que aún gime bajo el yugo español, y yo parto a libertarla a la cabeza de nuestras invictas tropas.

Simón Bolívar




ArribaAbajo4. Oficio de Bolívar dirigido al Dr. Cristóbal Mendoza, fechado en Araure, el 27 de julio de 1813, con el nombramiento de Gobernador de Caracas y con instrucciones para el desempeño de su cargo

Señor Dr. Cristóbal Mendoza, Gobernador del Estado de Caracas:

La mayor parte de la Provincia de Caracas ha sido libertada, y se halla sin un gobierno que una los pueblos y los organice en su administración civil, así de Hacienda, como de Justicia. Para proveer a este mal, que seguramente producirá efectos bien fatales, y atendiendo a que el mejor medio que hay para remediarlo, es el nombramiento de un sujeto que pueda llenar las altas funciones de Gobernador del Estado; vengo en elegir a V. S. tal Gobernador interino del de Caracas mientras se liberta la capital y se puede constituir Gobierno legal.

Yo espero que V. S. acelerará sus marchas cuanto sea posible, para venir a cumplir con el nuevo encargo que hoy pone en sus diestras manos la patria, que se promete los mayores bienes, viendo emplear los talentos, virtudes políticas y patriotismo de V. S. en la reorganización de sus pueblos.

De paso por todos los lugares, nombrará V. S. los jueces que crea convenientes, arreglará las rentas de la República, y hará cuanto pueda por contribuir a la mejor administración del Estado, en todos sus ramos; pero sobre todo, encarezco a V. S. la necesidad de la recolección de dinero para el ejército, que no puede subsistir sin grandes fondos.

Dios guarde a V. S. muchos años.

Cuartel General de Araure, julio 27 de 1813.-3.º y 1.º

Simón Bolívar




ArribaAbajo 5. Comunicación de Bolívar fechada en Caracas el 8 de agosto de 1813 dirigida a la Comisión Político-Militar del Supremo Congreso de la Nueva Granada, con el informe de la liberación de la Capital de Venezuela

Señores de la Comisión político militar del Supremo Congreso de la Nueva Granada:

Desde la ilustre capital de Venezuela, tengo el honor de participar a V. S. el restablecimiento de esta República, que los heroicos sucesos de las armas de la Nueva Granada han sacado de la nada.

Los habitantes de Venezuela se hallan penetrados del más tierno reconocimiento, y no cesan de bendecir la benéfica generosidad con que el Supremo Congreso Granadino, atendiendo a sus lamentos, les envió sus huestes salvadoras, para que los repusiese a la dignidad de hombres, de que la tiranía española los había depuesto, restituyéndoles al mismo tiempo sus propiedades, su honor y sus familias, que por espacio de un año entero se vieron obligados a abandonar, refugiándose a los bosques para libertarse de las persecuciones con que eran inquietados los que cumplían con el deber de amar a su Patria.

Dos días hace que he tenido la dulce satisfacción de estar en medio de las ruinas de esta ciudad, recibiendo los votos sinceros de sus hijos, que vienen a tener el gusto de explicarlos, desahogando los sentimientos que por tanto tiempo logró sofocar la fuerza de los tiranos.

La salida de los enemigos ha sido la última prueba del terror que nos tienen; a pesar de estar pendientes los tratados que ellos me propusieron, por el sólo temor de que no fuesen admitidos, desampararon esta ciudad y la de La Guaira, dejando estos pueblos en la más horrorosa anarquía, sin un Gobierno que obedeciesen, y sin una fuerza que contuviese a los perturbadores del orden público, que ellos fueron los primeros en invertir, robando los almacenes del Estado, por disminuir así los recursos con que debíamos contar ya, en virtud de las capitulaciones, a que su perversa conducta no les permitió dar crédito, suponiendo seguramente que nuestra fe es tan fácil de violarse como la de ellos.

Las dos divisiones de los españoles Budia y Mármol, únicas que les quedaban, se han visto en la necesidad de entregárseme casi íntegras, después de hallarse cortadas y abandonadas del Gobernador Fierro, que ha desaparecido, sin saberse el destino que lleve.

Cuando mi espíritu se haya tranquilizado de las agitaciones que experimenta, causadas ya por el gozo en que se ha inundado al ver libre mi Patria, ya por las muchas atenciones que me distraen, y ya, en fin, por la multitud de ciudadanos que vienen a congratularse conmigo de la redención de la República, hablaré más extensamente de los muchos objetos que nos llaman.

Interin se organiza un Gobierno legal y permanente, me hallo ejerciendo la autoridad suprema, que depondré en manos de una Asamblea de notables de esta capital, que debe convocarse para erigir un Gobierno conforme a la naturaleza de las circunstancias y de las instrucciones que he recibido de ese augusto Congreso.

Incluyo a V. S. copias de la proclama y manifiesto que he dado a los habitantes de esta famosa capital, que las ha aceptado con un transporte de júbilo inexplicable.

Dios guarde a V.S. muchos años.

Cuartel General de Caracas, agosto 8 de 1813.-3.º y 1.º

Simón Bolívar




Arriba6. Comunicación del Libertador al Presidente del Supremo Congreso de la Nueva Granada, fechada en Puerto Cabello el 1 de febrero de 1814, con razonamientos sobre la organización del Estado de Venezuela, en relación con las instrucciones recibidas de la Nueva Granada

Excmo. Señor Presidente del Supremo Congreso de la Nueva Granada, Encargado del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión.

Excmo. Señor:

Si V. E. ha recibido algunas de mis últimas comunicaciones, habrá hallado que alteradas por imperiosas circunstancias las instrucciones que me comunicó, me he visto obligado, en despecho de mis más fuertes sentimientos, a ejercer la autoridad suprema, al mismo tiempo que obro en persona a la cabeza del Ejército. Bajo este concepto son de mi resorte los oficios de V. E. al Presidente y Gobierno General de Venezuela del 10 y 24, y los dos del 25 de septiembre pasado. El pormenor de las circunstancias indicadas se hallan en varios de los impresos que he tenido el honor de dirigir a V. E. y entre los que acompaño ahora recomiendo principalmente el proyecto del ciudadano Miguel José Sanz.

Estas circunstancias son, en general, el crítico estado de Venezuela, expuesta a una nueva subyugación, amenazada por todas partes de las incursiones de los enemigos. Las autoridades que existían en el momento de la capitulación de San Mateo no pueden absolutamente reponerse; porque los individuos que las ejercían se hallan casi todos fuera de Venezuela, y sería necesaria una elección popular para constituir legítimamente otros. No es posible realizar asambleas populares, cuando algunos pueblos son alternativamente ocupados por amigos y enemigos, y cuando la mayor parte de los ciudadanos están en el ejército; pero cuando fueran posibles las reuniones, serían muy peligrosas en una tal situación, a lo menos entorpecerían el principal objeto de repeler los enemigos, lo que incontestablemente sacrificaría la República.

Por otra parte, sin poseer la autoridad sobre todos los ramos que componen la Administración suprema, ni habría sobre las armas el número de hombres necesarios, ni obraría el Ejército con energía y rapidez. Para alistar los hombres que deben componer los ejércitos, es indispensable tener el mando sobre los pueblos; y para sostener aquéllos, es preciso disponer de las rentas y de los recursos; en fin, sin que una sola mano reúna esta suma de autoridad, todas estas medidas no pueden ejecutarse en tiempo y con celeridad.

No obstante la evidencia de estos principios, cansado de una autoridad que me abruma, y cuya posesión repugna a mis sentimientos, el dos de enero de este año convoqué una Asamblea del pueblo de Caracas. Ante un inmenso concurso expuse mi conducta hasta aquel momento, presentando cada uno de mis Secretarios de Estado un informe, en el respectivo ramo de que se hallaba encargado. Las Gacetas que tengo el honor de incluir a V. E. contienen algunos de estos informes. Por mi parte yo concluí renunciando formalmente a la autoridad; contra cuya resolución, elevándose el pueblo y los oradores, consentí continuar en el ejercicio de ella hasta la total expulsión de los enemigos del territorio de Venezuela.

Para justificar ante V. E. mis sentimientos en esta parte, para persuadirle que no es una aparente ostentación de principios moderados, con el objeto de llegar más seguramente a la tiranía, incluyo copia de la última respuesta que he recibido del Jefe de Cumaná, General Santiago Mariño, y deducirá V. E. cuáles han sido mis gestiones para acelerar el establecimiento del Gobierno general de Venezuela. Comprenderá igualmente V. E. que una de las dificultades que deben allanarse es acordar con el General Mariño este asunto importante; pues este Jefe no está sometido a mi autoridad, y las Provincias de Cumaná, Margarita y Barcelona que gobierna deben concurrir al establecimiento del Gobierno general de Venezuela.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Cuartel General de Puerto Cabello, febrero, 1.º de 1814. 4.º y 2.º

E. S.

Simón Bolívar





Indice