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Biblioteca de Literatura Infantil y Juvenil

El patito feo - videoteca Ficha de la obra

Era verano. Junto al lago, entre los juncos, había un nido con huevos. Mamá pata estaba sentada sobre ellos, calentándolos. Se retiró y observó cómo se abrían los huevos y de ellos salían unos hermosos patitos. Pero había un huevo que todavía no había roto, esperó algo más y al fin se rompió. Se asustó al ver que de allí salía un pato grande y feo, incluso de un color diferente...

Pasó el tiempo y un día mamá pata iba paseando seguida de sus patitos, se adentraron en el lago y nadaron todos juntos, iban a una zona donde había más patos. Al llegar sacudieron sus plumas, pero todos los patos, al ver a aquel pato tan feo, le decían:

-¡No te queremos! ¡Fuera de aquí!

-¡Vete, vete de aquí!

El patito feo se sentía mal, triste porque se burlaban de él y se metían con él constantemente. Mamá pata intentó defenderlo:

-¡Dejadlo, no ha hecho mal a nadie! Pero era imposible, todos los días lo mismo.

Un día el patito feo, tras pensarlo mucho,  decidió escaparse. No quería sufrir más, estaba harto de tanta burla, todos los días igual... Así que se escapó.

Pasó el tiempo y llegó el otoño. Las hojas caían de los árboles, el patito feo estaba solo, no tenía amigos y paseando vio entre los setos que se movían algo que le llamó la atención, se acercó y descubrió que allí había varios cisnes muy hermosos, pensaba:

«Yo quería ser como ellos», y eso le entristecía aún más.

Pasó el tiempo y llegó el invierno. Hacía frío, el lago estaba helado. ¡Pobre patito feo!

Tenía mucho frío. Y, al fin, llegó la primavera.

El sol lucía y calentaba todo el campo, las flores brotaban. El patito feo sintió algo diferente, tenía alas muy grandes, podía volar.

Alzó el vuelo y vio el hermoso paisaje. Divisó al lado de lago un grupo de cisnes y pensó:

«Voy a ir hasta allí, me da igual ser un patito feo», y así volando, se acercó hasta que descubrió su reflejo en el agua. Era un hermoso cisne.

Eso le llenó de emoción. Allí estaba su familia de patos, que al ver aquel cisne tan hermoso le preguntó:

-¿Quién eres?

-¿No os acordáis de mí? Yo antes era aquel patito feo y ahora me he convertido en el cisne que veis.

Diciendo esto se marchó. Su familia estaba arrepentida y avergonzada, se sentían mal pero se callaron. El cisne ahora se sentía a gusto y feliz.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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