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ArribaAbajoLibro quinto

Cantares



ArribaAbajoAmorosos




ArribaAbajo- I -

   No esperes que una mudanza
me dé la tranquilidad;
que amo en ti más la esperanza,
que en otras la realidad.




ArribaAbajo - II -

   Como no vives tú en mí,
vivo en ti, mas no contigo;
y hasta no vivo conmigo,
como vivo sólo en ti.




ArribaAbajo- III -

   Está tu imagen, que admiro,
tan pegada a mi deseo,
que si al espejo me miro,
en vez de verme, te veo.




ArribaAbajo- IV -

   Perdí media vida mía
por cierto placer fatal,
y la otra media daría
por otro placer igual.




ArribaAbajo- V -

   Más cerca de mí te siento
cuanto más huyo de ti,
pues tu imagen es en mí
sombra de mi pensamiento.




ArribaAbajo- VI -

   Sueñe o vele, no hay respiro
para mi ardiente deseo,
pues sueño cuando te miro
y cuando sueño te veo.




ArribaAbajo- VII -

   Cuantos te han tratado y tratan,
en tu amor aprender suelen,
todos, las penas que duelen,
yo, los dolores que matan.




ArribaAbajo- VIII -

   Aunque esté muerto de cierto,
en nombre suyo llamadme;
si no respondo, enterradme,
porque de cierto estoy muerto.




ArribaAbajo- IX -

   Marcho a la luz de la luna
de su sombra tan en pos,
que no hacen más sombra que una,
siendo nuestros cuerpos dos.




ArribaAbajo- X -

   Dios, que nos crió a los dos,
podrá hacer que yo me muera;
pero hacer que no te quiera,
Dios podría... porque es Dios.




ArribaAbajo- XI -

   Las malas son esas penas
que sin matar nos maltratan;
las que de un golpe nos matan,
¡esas sí que son las buenas!




ArribaAbajo- XII -

   Ten paciencia, corazón;
que es mejor, a lo que veo,
deseo sin posesión,
que posesión sin deseo.




ArribaAbajo- XIII -

   Aún di poco por tu amor,
aunque por él di, constante,
veinte años por un instante,
la dicha por un favor.




ArribaAbajo- XIV -

   Absorto en ti mi deseo,
tan sólo en tu amor creí
pero ahora en nada creo,
desde que no creo en ti.




ArribaAbajo- XV -

   Ir hacia Atocha la vi;
la seguí, miré, miró;
y no «vine, vi y vencí;»
yo vine, vi, y me venció.




ArribaAbajo- XVI -

   Es tanta mi ceguedad,
que te amo, aunque estoy seguro
que con amarte aventuro
mi dicha en la eternidad.




ArribaAbajo- XVII -

   Porque en dulce confianza
contigo una vez hablé,
hablando con mi esperanza.
toda la vida pasé.




ArribaAbajo- XVIII -

   Vuélvemelo hoy a decir,
pues, embelesado, ayer
te escuchaba sin oír,
y te miraba sin ver.




ArribaAbajo- XIX -

   Tras ti cruzar un bulto
vi por la alfombra;
y era tu sombra.
ciego el puñal sepulto...
   ¡Cuánto, insensato,
te amo, que hasta de celos
tu sombra mato!




ArribaAbajo- XX -

      Que es matarme, confieso,
   el olvidarme:
   aborréceme, que eso
   ya es recordarme.
      Por Dios le pido
   que me entregues al odio,
   mas no al olvido.




ArribaAbajoEpigramáticos




ArribaAbajo- I -

   Que me vendiste se cuenta
y añaden para tu daño,
que te dieron por mi venta
monedas de desengaño.




ArribaAbajo- II -

   Que es corto sastre preveo,
para el hombre la mujer,
pues siempre corta el placer
estrecho para el deseo.




ArribaAbajo- III -

   Porque esté más escondido,
de tal modo te lo cuento,
que entre mi boca y tu oído
no quiero que esté ni el viento.




ArribaAbajo- IV -

   Sin antifaz te veía,
y una vez con él te vi;
sin él no te conocía,
mas con él te conocí.




ArribaAbajo- V -

   Si te ha absuelto el confesor
de aquello del Cabañal,
o tú te confiesas mal,
o él te confiesa peor.




ArribaAbajo- VI -

   ¡Que no me conoce, ayer
juró por no sé qué santo!
¿Cómo me ha de conocer
si yo la conozco tanto?...




ArribaAbajo- VII -

   Aunque al salir tú del puerto
quedé más muerto que vivo,
verás, por esta que escribo,
que, con efecto, no he muerto.




ArribaAbajo- VIII -

   Levanta ese rostro inquieto
y el mirarme no te asombre;
que, aunque agraviado, soy hombre
que muero con mi secreto.




ArribaAbajo- IX -

   Yo no soy como aquel santo
que dio media capa a un pobre:
ten de mi amor todo el manto,
y si te sobra, que sobre.




ArribaAbajo- X -

   Es el amor un galán
que ni hambre ni hartura quiere,
pues lo mata el mucho pan,
y con poco pan se muere.




ArribaAbajo- XI -

   Con desdén me has molestado,
y hoy con celos me molestas,
y más bostezos me cuestas
que suspiros me has costado.




ArribaAbajo- XII -

   No engañarías, a fe,
su fe con tan buenos modos,
si éste y aquél, y ése y todos
supieran lo que yo sé.




ArribaAbajo- XIII -

   Cual vil cazador me trata
la cazadora a quien amo:
se esconde, saca el reclamo,
va la perdiz, y la mata.




ArribaAbajo- XIV -

   Pues yo la perdiz anhelo,
el mochuelo es para ti;
o bien para ti el mochuelo,
y la perdiz para mí.




ArribaAbajo- XV -

   Como en la iglesia te vi
después de lo de la fiesta,
me santigüé y prorrumpí:
«¿Quién dirá que aquella es esta?»




ArribaAbajo- XVI -

   Cuando cobrar una de uno
quiere prenda que aun no dio,
esa una vendió a alguno
lo que alguno, no pagó.




ArribaAbajo- XVII -

   En vano al pie de un retablo
le juras a Dios ser fiel;
después que fuiste de aquél,
sólo puedes ser del diablo.




ArribaAbajo- XVIII -

   Casi te lo agradecí
cuando el engaño toqué,
pues si loco me acosté,
filósofo amanecí.




ArribaAbajo- XIX -

   Loca por mi te figuras,
mas ya ven los que te advierten,
que nunca haces más locuras
que aquellas que te divierten.




ArribaAbajo- XX -

   Te pintaré en un cantar
la rueda de la existencia:
pecar, hacer penitencia,
y luego vuelta a empezar




ArribaAbajo- XXI -

   Entonces, con el deseo,
sin mirarte te veía;
pasó algún tiempo; y hoy día
si te miro, no te veo.




ArribaAbajo- XXII -

   Diciéndolo, no diré
lo que aquel pinar esconde;
allí, ya recuerdas dónde,
nos pasó, ya sabes qué.




ArribaAbajo- XXIII -

   Si es fácil una hermosa,
voy y la dejo;
si es difícil la cosa,
también me alejo.
   Niñas, cuidad
de amar siempre con fácil
dificultad.




ArribaAbajoFilosófico-morales




ArribaAbajo- I -

   La vida es dulce o amarga;
lo corta o larga ¿qué importa?
El que goza la halla corta,
y el que sufre la halla larga.




ArribaAbajo- II -

   Menor el tormento fuera
de esta duda en que me muero,
si, cual sé lo que no quiero,
lo que yo quiero supiera.




ArribaAbajo- III -

   Mal hizo el que hizo el encargo
de hacer las cosas al gusto;
todo es corto o todo es largo,
y nada nos viene justo.




ArribaAbajo - IV -

   Para divertir su afán
cantaba a su reja un loco:
- Unos estamos por poco
y otros por poco no están.




ArribaAbajo- V -

   Como asegura un autor,
la muerte es un grande sueño;
si es bueno el sueño, pequeño,
el grande será mejor.




ArribaAbajo- VI -

   ¡Cómo cansan, cómo cansan
las horas que van pasando,
y el no descansar, pensando
cómo los demás descansan!




ArribaAbajo - VII -

      Mi deseo es desear,
más que alcanzar lo que quiero
y mejor que lo que espero,
lo que quiero es esperar.




ArribaAbajo- VIII -

   Si ayer tropecé bastante,
hoy tropiezo mucho más;
antes mirando adelante,
después mirando hacia atrás.




ArribaAbajo- IX -

   La tumba es al lecho igual;
pero bien sabido ten
que en uno se duerme mal,
y en otra se duerme bien.




ArribaAbajo- X -

   Si como se sabe ya,
el que «espera desespera,»
quien, como yo, nada espera,
¡cuál se desesperará!




ArribaAbajo- XI -

   Tengo un consuelo fatal
en medio de mi dolor,
y es, que hallándome tan mal
nunca podré estar peor.




ArribaAbajo- XII -

   Con permiso del Eterno
dudo cuál será mayor,
si aquel dolor del infierno,
o este infierno de dolor.




ArribaAbajo- XIII -

   Ya ni por saber trabajo,
que es este mundo de prueba;
quien sabe por qué me trajo,
ya sabrá por qué me lleva.




ArribaAbajo- XIV -

   No vengas, falso contento,
llamando a mi corazón,
pues traes en la ilusión
envuelto el remordimiento.




ArribaAbajo- XV -

   Mucho sabría, en verdad,
si supiera la razón
dónde acaba la ilusión
y empieza la realidad.




ArribaAbajo- XVI -

   Llaman vida a ir de esta suerte
hasta que el cuerpo sucumba,
en agonías sin muerte,
y en una muerte sin tumba.




ArribaAbajo - XVII -

   Ayer sudé por ganar
lo que hoy me causa desgana,
y hoy sudo por alcanzar
lo que me aburra mañana.




ArribaAbajo- XVIII -

   Piensa, con ojos serenos
cómo y cuándo morirás;
que siendo el morir lo más,
el cómo y cuándo es lo menos.




ArribaAbajo- XIX -

Mi madre, que me amaba
   con desvarío,
siempre al verme exclamaba:
   - ¡Consuelo mío!
   ¡Y hoy, santo cielo,
   quién consolar pudiera
   a aquel consuelo!




Arriba- XX -

   Te enseñó, pues quisiste,
toda su ciencia,
¿y hoy le preguntas ¡triste!
por tu inocencia?
¿Cómo ¡imprudente!
querías, siendo sabia,
ser inocente?