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Lección IV



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De las artes secundarias de comodidad, y de vanidad y superfluas.

     Los moradores de un país civilizado se dividen en tres clases(31): la primera la forman los que trabajan las tierras, y los que están empleados en las otras artes primitivas de donde sacan los productos de que se suelen mantener todos los moradores del país, y muchas veces hasta los extrangeros. La segunda clase es de los que dan nueva forma a estos productos, y de alguna manera los reproducen de nuevo: a esta clase pertenecen los artesanos. Y la tercera clase es de aquellos que ni producen, ni aumentan los réditos del Estado; pero sirven para acalorar, dirigir, y hacer circular las producciones de las otras dos clases: tales son los proprietarios con sus criados y dependientes, los Directores, como Magistrados, Maestros de ciencias &c. los Defensores, y los Comerciantes.

     De estas tres clases, la primera suele vivir en los Lugares y Aldeas: las demás por lo común viven en las Ciudades y Pueblos grandes. Se ha calculado que veinte y cinco hombres empleados en la labranza pueden producir suficientes réditos para que se mantengan ciento. Con que si suponemos que en un distrito hay cien mil habitantes, veinte y cinco mil bastarán empleados en el cultivo de los campos; y como estos tendrán sus mugeres, e hijos, que no podrán emplearse en las labores de la tierra, se podrán computar como unos cincuenta mil empleados en la labranza; y así en el distrito que hemos supuesto, la mitad del pueblo vivirá en las Aldeas, o Villas, ocupado en las labores del campo, y la otra mitad la compondrán los artesanos, y las clases no producentes. Estas clases, es a saber de Proprietarios, Defensores, Directores, y Comerciantes, son como la mitad del resto del pueblo, según los cálculos más exactos que se han podido hacer. Con que quedará una quarta parte del pueblo, esto es, veinte y cinco mil personas entre hombres y mugeres, en la suposición que acabamos de hacer, las que si no se dedican a las artes, y manufacturas, por precisión han de perecer.

     Tres son las utilidades que las artes secundarias producen al Estado(32): la primera aumentar las artes primitivas: la segunda emplear, y exercitar la nación: la tercera aumentar sus riquezas. Porque en quanto a lo primero, las artes proveyendo de instrumentos y de comodidades a los que se emplean en las primitivas, los ponen en estado de aumentar los frutos y la utilidad común, y también aumentando el consumo de las producciones de las artes primitivas, dan valor a muchos frutos de la tierra, que serían inútiles si los artesanos no los consumiesen. Entre todos los profesores de las artes, los que se ocupan en trabajar el hierro y en las demás artes fabriles, son los que merecen mayor estimación; porque sin los instrumentos de hierro y acero ni las artes primitivas, ni las otras secundarias pueden hacer progreso alguno. A proporción que los instrumentos de hierro se perfeccionan, se mejoran también y adelantan las otras artes. Por eso los Ingleses y Franceses que hacen instrumentos de hierro mas perfectos, tienen también más adelantadas sus manufacturas. Honos alit artes: máxima que se debiera tener presente donde las artes mas útiles son las mas despreciadas. Pero como es imposible que las artes lleguen a su perfección sin el estudio de la Mecánica, esto es, de la ciencia del movimiento: no hay que esperar grandes progresos donde comúnmente no se conozcan los principios de la Arithmética, Geometría y Álgebra; cuyos estudios son indispensables para saber con fundamento la Mecánica, que es el arte de todas las artes.

     También sirven de mucho para el progreso de la agricultura, y de las demás artes primitivas las labores de los texedores y de los otros empleados en los texidos de lana, cáñamo, lino, y algodón: porque con sus manufacturas defienden a los producidores de los bienes contra las inclemencias del Cielo, les dan mayor actividad, y conservan su salud. La observación de M. D'Angeul en su libro intitulado Ventajas y Desventajas de la Francia, e Inglaterra, es muy digna de tenerse presente. Prueba que así como los labradores Ingleses van mejor vestidos, y están más acomodados que los colonos Franceses: así también, y con la misma proporción rinden mayores productos las heredades de aquellos que las de estos. Otras artes hay, como las de los albañiles, zapateros, sastres, &c: que aunque no son tan necesarias para las artes primitivas como las ya dichas; con todo dexan libres a los producidores de los bienes para que puedan emplearse enteramente en el cultivo de los campos; y al mismo tiempo consumen y dan salida a sus productos.

     Las otras dos utilidades de ocupar y exercitar a la Nación y de aumentar las riquezas del Estado, no son menos conocidas en las artes; porque en quanto a lo primero, a más de emplear la quarta parte del pueblo, que sin ellas quedaría ociosa, y serviría de molesta carga a las otras clases, pueden ocupar a las mugeres que en los pueblos civilizados no se suelen dedicar a las artes primitivas; y en quanto a lo segundo de aumentar las riquezas del Estado, hemos de tomar las cosas más de sus principios. Verdaderamente hablando los hombres solamente debían dar el nombre de riqueza a las cosas que los pueden mantener; y así sólo las producciones de las artes primitivas merecían, el nombre de verdaderas riquezas. Pero como estas riquezas primitivas no se pueden adquirir sin ciertos instrumentos y comodidades de los que las producen: estos instrumentos y comodidades, que son efecto de las artes secundarias(33), equivalen a las riquezas primitivas. Porque los artesanos no pueden emplearse en servir con sus labores a los producidores de los bienes, si estos no les subministran por recompensa los frutos que necesitan para su mantenimiento. Y de aquí resulta otro nuevo precio en las mismas producciones de la naturaleza quando están mejoradas y manufacturadas por el arte; cuyo precio es equivalente a los frutos de la tierra que han consumido los artífices en el tiempo de sus labores.

     De lo dicho se deducen dos conseqüencias: la primera, que si en un país las clases no producentes y los empleados en las artes primitivas se sirvieran de las manufacturas de otro país, mantendrían a los artesanos estrangeros, enviando los frutos de su tierra en cambio de los géneros que recibían; y el pueblo de esta nación disminuiría la quarta parte, porque esta, que se compone de los artesanos, por precisión se había de acabar, no teniendo aquellos de donde subsistir. La segunda conseqüencia es la inversa de esta, es a saber, que si los artesanos de un país, no solamente proveyesen a las otras clases del mismo, sino que vendiesen sus artefactos a los extrangeros: aumentarían las riquezas de la nación con todos los frutos que recibirían de los otros países en cambio de sus obras, y al mismo tiempo se aumentaría el número de ellos a proporción de los frutos que se recibirían del estrangero. Con esto quedan manifestadas las utilidades que producen las artes secundarias al Estado. Pero como estas se dividen en artes de necesidad y comodidad, que son de las que hemos hablado hasta ahora, y en otras que sin aumentar las comodidades de los hombres, solo sirven de distinguirles, o de satisfacer sus caprichos, que son las que se suelen llamar Artes de luxo: trataremos ahora de estas, y después en general de los medios políticos de promover y aumentar las artes.

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