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Lecciones de economía civil, o del comercio

Bernardo Joaquín Danvila y Villarrasa



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Prólogo

     Con justa razón se queja un juicioso Escritor de nuestros tiempos, que habiendo tantos Jurisconsultos empleados en interpretar la parte dicástica de las leyes, sean tan pocos los que se han dedicado a la económica; siendo así que en los Códigos de todas las Naciones ocupan la mayor parte las leyes de esta materia. Y si en algún tiempo puede ser conveniente que se explique esta parte de la Filosofía práctica, sin duda es el presente: no sólo porque las leyes de nuestra Nación quanto más breves son en difinir, y cortar las diferencias, y disensiones de los particulares, tanto más se dilatan en establecer las reglas convenientes para la felicidad del país; sino también porque aunque a todas las clases, y profesiones pueda ser de mucha utilidad este estudio, a ninguna le es de tanta importancia como a la de los nobles, y propietarios de tierras; así porque sus rentas, y riquezas crecen al paso que esta ciencia se pone en execución: como porque su modo de vivir, y de pensar influye mucho en la actividad, industria, y riquezas de la Nación.

     Pero ya que hemos atribuido a la Filosofía práctica esta ciencia que llamamos Economía civil, razón será explicar lo que por ella entendemos. La Filosofía que dirige las acciones de los hombres a su felicidad, se llama práctica. Ésta comprende varias partes: la Ética, que es una ciencia general del bien que nos face felices: el Derecho Natural y de Gentes, que enseña lo que es justo a los particulares, y a las Naciones; y la Política con la Economía, de las quales la una trata de lo que es útil a las Ciudades, y la otra de lo que conviene a las familias. Pero habiendo las mutuas relaciones, que el comercio ha establecido entre las Naciones de Europa, dado a conocer una nueva política, que no tanto se ocupa en buscar los medios de conservar el Estado, y defenderlo de sus amigos, quanto en los de aumentar sus riquezas, haciendo que florezcan en él la agricultura, las artes, y el comercio: algunos Escritores han intitulado a esta parte de la política Ciencia del comercio: otros con más propriedad la llaman Economía civil, porque a más de comprender los preceptos de Xenofonte, Aristóteles, Varron, Columela, Paladio, Plutarco, y muchos autores modernos han dado de la Economía de las familias, se extiende a proponer los medios de que florezca, y se ilustre una Nación considerada como una gran familia. Por eso, pues, la llamamos Economía civil, esto es, Economía de las Sociedades civiles.

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